Un estudio publicado en Science Advances reveló que los bosques templados del continente americano – como los de Chile y Argentina – junto a los bosques secos subtropicales de la región acumulan tanta diversidad biológica como las selvas tropicales húmedas.
Esta investigación constató que, de toda la variedad genética acumulada en las especies de árboles de América, un 30% se encuentra presente en hábitats secos y templados.
Aquello en comparación con el 26% encontrado en bosques tropicales lluviosos, que tradicionalmente han sido considerados los ecosistemas terrestres de mayor diversidad en términos numéricos de especies arbóreas.
El hallazgo, en el que participaron investigadores chilenos del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), sugiere que este escenario natural requiere esfuerzos de conservación tan grandes como aquellos que se invierten hoy en proteger los ecosistemas tropicales.
Diversidad y amenaza en nuestros bosques
En el estudio, que compila datos provenientes de más de 10 mil censos de plantas leñosas en sistemas de bosques, selvas y sabanas de todo el continente americano (norte, centro y Sudamérica), investigadores de varios países, liderados por el doctor Ricardo Segovia, del IEB y la Universidad de Edimburgo, revelan características únicas de la diversidad arbórea y procesos evolutivos que dan cuenta de las diferencias geográficas.
Los bosques templados se encuentran fuera de los trópicos, ocupando una extensa área de Europa, Asia y Norte América, y otra mucho más restringida del hemisferio sur, solamente en zonas de Chile y Argentina, Nueva Zelanda y Australia.
“Encontramos que los bosques templados húmedos del sur de Chile son especialmente notables, porque han perdido gran parte de su área original y requieren de urgentes acciones de conservación”, explicó Segovia.
A lo anterior, el especialista añadió que estos ecosistemas han vivido una historia evolutiva única y distinta, que se refleja por ejemplo en la diversidad genética que acogen especies propias como aquellas agrupadas en el género de los coihues.
Por su parte, el doctor Juan Armesto, también investigador del IEB, destacó que la diversidad genética que hace únicos a los bosques templados de Chile está asociada a los pronunciados gradientes topográficos que existen en el centro-sur de nuestro país.
Asimismo, se refirió a las amenazas que enfrentan estos ecosistemas.
“Esta área centro-sur es la más impactada por la expansión de las plantaciones forestales que han remplazado los bosques nativos y, especialmente en la costa, han fragmentado y erradicado completamente los bosques, arrasando también con los grupos de árboles más excepcionales y únicos”, comentó el investigador.
En tanto, el doctor Toby Pennington, otro de los autores y miembro del Global Systems Institute, Universidad de Exeter, subrayó también la urgencia de conservar los bosques templados y tropicales secos, que muchas veces han estado sujetos a mayores pérdidas históricas de diversidad y a una degradación más intensa y prolongada en el tiempo que algunos bosques tropicales húmedos.
Kyle Dexter, PhD de la Escuela de Geo-ciencias de la Universidad de Edimburgo y otro de los autores del trabajo, aseguró que “este estudio es único porque usa información de secuencias de ADN de miles de especies de árboles de América para dilucidar puntos de encuentro del gran árbol de la vida y refina nuestra visión sobre qué factores controlan la biodiversidad global y su historia”.
El estudio reveló además que las principales barreras que impiden que más especies de árboles expandan su distribución fuera de los trópicos son la presencia o ausencia de temperaturas bajo cero y la presencia o ausencia de temporadas secas cada año.
El equipo de coautores también incluyó investigadores de la University of Leeds, la Universidad de Minas Gerais y la Universidad de Brasilia y Harvard University (EEUU).