En el estudio de la consultora LLYC, se evidenció que las mujeres líderes están infrarrepresentadas en la conversación digital, donde solo el 25% de los mensajes se refieren a ellas.
El informe de igualdad analizó 11 millones de mensajes en torno a 360 hombres y 360 mujeres referentes del ámbito empresarial, político y periodístico en 12 países.
En tanto, en una muestra con igual número de hombres que de mujeres líderes, los referentes masculinos tienen el triple de representación que ellas
Asimismo, es particularmente preocupante la escasísima visibilidad de las mujeres empresarias, con menos de 1 de cada 100 mensajes.
Según el informe, son evidentes las diferencias en el trato que reciben unos y otras: mientras que las mujeres reciben más muestras de afecto, también son objeto de un trato más infantilizante y son asociadas en muchas más ocasiones a su relación de pareja o familiar.
Estas son algunas conclusiones del informe “Mujeres líderes en el umbral de la visibilidad. Análisis de la conversación digital sobre referentes en la política, la empresa y el periodismo”, elaborado por LLYC.
“Umbral de la visibilidad”
Para la realización de este informe se estudió la conversación en Twitter de un año en torno a perfiles de 360 hombres y 360 mujeres líderes en 12 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana).
Aquí se analizaron las diferencias en la atención que se presta a las mujeres, sobre todo en el tono y el contenido de la conversación generada en torno a ellas, frente a los hombres.
Para ello, el equipo de Deep Digital Business de LLYC empleó técnicas de NLP (Natural Language Processing), con las que se han procesado 11,5 millones de mensajes publicados en Twitter durante un año (1/2/21 – 31/1/22), compuestos por casi 70 millones de palabras, y análisis de sentimiento para la evaluación cualitativa.
José Antonio Llorente, socio fundador y presidente de LLYC, mencionó que “la visibilidad del talento femenino es, claramente, un acelerador de la igualdad pero todavía es muy baja en ámbitos como el empresarial. Lamentablemente, una joven activa en redes y que aspira a dirigir una empresa, solo verá en Twitter a un hombre haciéndolo. Este análisis se lanza a la búsqueda de respuestas a por qué muchas mujeres no traspasan todavía el umbral de la visibilidad. Es un esfuerzo muy relevante de nuestro equipo, en línea con nuestro compromiso con la igualdad”.
La mujer infrarrepresentada
El gap de visibilidad es profundo: las referentes femeninas son mucho menos citadas que sus colegas masculinos, ya que solo 1 de cada 4 mensajes (25,76%) las referencia, y con una lectura inversa apreciamos que los líderes masculinos tienen el triple de representación que ellas.
La situación se agrava en países como Portugal (17,1%), Estados Unidos (18,3%) o Ecuador (19,5%), muy por debajo de la media.
Sin embargo, sí existe una presencia paritaria en Perú (50,6%) y Panamá (47,2%), y destaca de manera excepcional República Dominicana, con un 71,5% de mensajes emitidos sobre mujeres.
Empresarias sin voz
De los tres sectores analizados, la política acapara el 70% del total de la conversación, la empresa privada el 26%, y el periodismo el 3%. Pero en esta conversación las empresarias casi no existen: de cada 20 mensajes sobre empresas sólo 1 va dirigido a mujeres (5%) y de cada 100 mensajes sobre líderes sólo 1 va dirigido a mujeres empresarias (1%).
En Estados Unidos, la ausencia de mujeres visibles al frente de empresas tecnológicas, que generan un altísimo volumen de conversación, produce una diferencia abismal: el 98% de la conversación sobre 20 líderes empresariales gira en torno a los 10 que son hombres.
Y aunque la media de Iberoamérica es también baja (9% de las citas sobre empresas), la situación es aún más grave en países como Chile, Colombia y México (1%).
Perú encarna una brillante excepción y se invierten los porcentajes. Solo un 17,9% de la conversación sobre líderes empresariales es respecto a hombres, probablemente por la alta actividad en Twitter de las empresarias analizadas.
Mientras que, España, Portugal y República Dominicana se sitúan en la franja de entre el 75 y el 80% de la conversación empresarial dedicada a hombres. Y el único país con una conversación equilibrada es Panamá (50,4% sobre mujeres empresarias).
Espacio en periodismo y política
El periodismo se consolida como el espacio de mayor visibilidad femenina. El 47,4% de la conversación sobre este ámbito hace referencia a mujeres periodistas influyentes.
La visibilidad de las mujeres periodistas es bastante superior a la de los hombres en EE. UU. (25% más) y, de los tres ámbitos estudiados, el que mayor porcentaje de menciones para las mujeres registra en Iberoamérica (37,07% del total).
Por su parte, se ha encontrado una visibilidad paritaria de la política en Argentina, Chile y Panamá. Frente a países como Ecuador o Portugal, donde las políticas reciben un quinto de la atención que se presta a sus colegas masculinos, hay un volumen de conversación prácticamente paritario en los dos países del Cono Sur y en Panamá.
En España, a pesar de su mayoría de ministras, todavía generan más conversación los hombres.
El “doble castigo” para las empresarias
Las empresarias son quienes más lo sufren. El sesgo de “doble castigo” consiste en que las mujeres son criticadas por comportamientos asociados a su visibilidad y, lo más importante, valorados positivamente en los hombres.
También reciben feedback negativo si se les identifica con los atributos teóricamente opuestos. Por ejemplo, las empresarias son castigadas por ser ambiciosas (un 27% más que los hombres), pero también la empatía o la servicialidad son criticadas con el doble de crudeza que los varones.
Tienen calificación negativa en general, y especialmente crítica en las mujeres, cualidades teóricamente objetivas como la independencia (13%) y la competitividad (8%).
“Mujeres de… o esposas de…”
En los 12 países analizados la conversación más violenta interpela a hombres, y supone un 3,65% del total de la charla.
Con contadas excepciones, parece que los empresarios se enfrentan más a este tipo de agresiones verbales y que, entre las mujeres, son las periodistas las más expuestas. En el caso de las norteamericanas, incluso por encima de los hombres (hasta un 24,12% más).
La identidad de la mujer viene definida por su género, pareja o cargo en la conversación, sobre todo en políticas y empresarias iberoamericanas y en periodistas y empresarias estadounidenses.
Es todavía común describir a las referentes femeninas como “mujeres de” o “esposas de”. Y en el caso de las empresarias de habla hispana todavía más, llegando al 62% de diferencia respecto a ellos.
También es más frecuente para las directivas americanas, con menciones superiores en casi treinta puntos más a las que reciben los hombres.
En Ecuador (102% más que los hombres), España (103%) y, muy especialmente, México (242%) las relaciones de pareja de las empresarias analizadas son claramente objeto de conversación. Para las políticas iberoamericanas es también común (34,8% de diferencia).
Las emociones y la imagen
En general, las mujeres que expresan sus sentimientos generan un 23% más de sentimiento positivo que los hombres, aunque la tendencia se invierte para las empresarias, cuya emocionalidad genera un 42% más de rechazo.
La tiranía de la imagen varía según el país. En el ámbito empresarial, siete países prestan más atención a la imagen masculina: Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Portugal.
Sin embargo, la situación contraria del resto, y muy en particular de España (+153%), Perú (+64%), República Dominicana (+87%) y los EEUU. (+23%), hace que, en total, las mujeres directivas sí tengan una diferencia de prácticamente 32 puntos en las veces que es mencionada su apariencia.
Incluso en esos países donde también se mide a los hombres por su imagen, la mujer también está expuesta a una mayor negatividad, muy destacada cuando se menciona su imagen: en México es del 28% más, en Perú del 40% más y en Portugal del 48% más.
Tras esto, es entendible que las mujeres empresarias sientan más presión y que, si deciden aumentar su visibilidad, lo hagan proyectando siempre una imagen más cuidada que la de los hombres, con las dificultades de tiempo y conciliación que esto genera.
Finalmente, el halago a la apariencia femenina es separado por una delgada línea de la sexualización, la banalización y el acoso. Un ejemplo: atributos como “sexy” aparecen tres veces más asociados a mujeres que a hombres.
El informe completo lo puedes encontrar acá