"Impuesto rosa", cuando un producto cuesta más sólo por ser para una mujer

En el mercado existen un sinfín de productos idénticos, de uso unisex, pero muchas veces las empresas hacen una diferenciación de género: puede ser rosado o morado para mujeres; gris, negro o azul para hombres.

Sin embargo, pese a ser lo mismo y estar diferenciados sólo por el color, se ha detectado algo denominado “impuesto rosa” (o pink tax), que se aplica a los productos de tonos pasteles (o “femeninos”), pero que no se aplica a los otros tonos.

En síntesis, el “impuesto rosa” acusa un costo adicional cuando algo está destinado a la mujer, o sea, es más caro.

El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) ya dio alertas de esta situación y realizó un estudio prospectivo para determinar si hay diferencias de precios en razón de género. Y cuando realizó la indagación, respondió dicha interrogante: Y sí, hay diferencias cuando se paga por un mismo producto en razón del género.

El director del organismo, Lucas del Villar, comentó a BioBioChile que al hablar de “impuesto rosa” se apunta a productos idénticos o muy similares que tienen igual función, “pero que tienen una diferenciación en la orientación por género, es decir, un producto que por ejemplo es azul y otro que es rosado, orientado más al género femenino” posee otro precio que en general es mayor.

Del total de los productos que indagó el Sernac, se comprobó que un 18% de las mujeres pagaban más que los hombres; y solamente un 3,6% de los hombres pagaban más que las mujeres.

“También el estudio dio cuenta que del total de los productos con diferencias de género, un 83% tenían precios más altos para las mujeres, mientras que sólo en un 16% los valores eran mayores para los hombres”, complementó Del Villar.

Detalles del Estudio

El organismo analizó productos agrupados en las siguientes categorías: Muebles y artículos de dormitorio; Bolsos, mochilas y maletas; Aseo y cuidado personal adulto; Juguetes y accesorios; Artículos para bebé.

Las cifras reflejaron diferencias de precio hombre-mujer en un 21,4%, cuando se compararon 224 pares de productos.

No obstante, en otros casos, el análisis encontró que en 21,9% (48 pares comparados) de los productos se detectaron diferencias dependiendo del género al que van dirigidos, por los cuales las mujeres pueden llegar a pagar más del 30% de lo que pagan los hombres.

A contraparte, sólo en un 16,6% de los casos de disparidad (8 pares) los valores fueron más altos para los hombres, con una diferencia del 11,5%.

Algunos ejemplos

Cuando se realizó el estudio en 2019, la diferencia en precio más extrema se detectó en un bolso deportivo marca Head modelo Magnus, vendido a través de Falabella, cuyo valor fue de $69.900 en color rosado y de $16.990 en color negro. Es decir, un 311% de diferencia.

En aquella oportunidad, desde la multitienda indicaron a BioBioChile que se trató de un “error en Falabella.com” y que en ningún caso se buscó perjudicar a las clientas.

Otro ejemplo se dio con un scooter rosado marca Royal Baby, modelo Scooter Premium foldable Sweetie, comercializado por Ripley, el cual tuvo un precio de $52.990; mientras que el scooter negro marca Royal Baby, modelo Scooter Basic Dazzler, alcanzó un valor de $39.900.

Es decir, ambos modelos (que no son idénticos, pero que sí comparten características) presentaron una diferencia de $13.090 (33%).

En general, las categorías de productos “Juguetes y accesorios” y “Artículos para bebés” fueron las que concentraron la mayor cantidad de diferencias de precios por género, alcanzando a 82 pares de productos en los levantamientos de información.

Las razones

Si bien algunas diferencias de precios pueden deberse a costos mayores de franquicias asociadas (caso de juguetes con temáticas de figuras patentadas), hay otros productos en los que sólo el color determina un precio más alto, comentó el Sernac en el estudio.

Al respecto, Del Villar sostuvo que “las diferencias de precio detectadas también podrían explicarse en función por una disposición a pagar y de la mayor demanda de algunos artículos que están dirigidos a algunos segmentos de la población, por ejemplo, los dirigido a mujeres”.

Similar explicación emitió el economista Hugo Lavados, quien apuntó a que la desemejanza de los valores muchas veces es netamente por una demanda más alta; y eso conlleva a que ciertos bienes cuesten más.

En ese sentido, Lavados recomendó a los clientes “cotizar y comparar precios”, ya que varios de los productos con “impuesto rosa” no siempre son de primera necesidad.

Sin embargo, el director del Sernac fue enfático en señalar que en otros países esto ha generado movimientos “que exigen a las empresas que equiparen los precios de los productos dirigidos a las mujeres”.

Situación en el ojo del Sernac

Del Villar subrayó que la Ley del Consumidor establece como un derecho básico de los consumidores el no ser discriminados arbitrariamente, lo que quiere decir que “las empresas no pueden hacer distinción sin fundamento entre los consumidores, tales como sexo, raza, condición social o aspecto físico al ofrecer prestaciones de servicios o al vender bienes o productos”.

Por ello, indicó que es de suma importancia monitorear esta situación cada vez que se detecte un caso de “impuesto rosa”.

“(…) Aquí hay una práctica que llama a exigir mayor equidad en términos de precio, independiente de la funcionalidad que tengan los productos”, puntualizó Del Villar.

Finalmente, la autoridad expresó que seguirán monitoreando este tema y en caso de detectar diferencias o infracciones, el Sernac “aplicará las acciones que correspondan para ir en total defensa de los consumidores”.