Resumen generado con Inteligencia Artificial y revisado por el autor de este artículo. Herramienta desarrollada por BioBioChile
Denuncian que el narcotráfico se camufla como actividad agrícola, infiltrándose en zonas rurales con operaciones ilegales detrás de cultivos de lechuga y tomate. El crimen organizado, aprovechando la escasa vigilancia policial, ha establecido campamentos armados para proteger sus actividades ilícitas. La Sociedad Nacional de Agricultura alerta sobre el pago de sueldos con droga a temporeros y la participación de delincuentes en la compra y venta de productos agrícolas, así como en el lavado de dinero.
“Narcotráfico disfrazado de agro”, esa es la grave denuncia que remece al mundo de la agricultura nacional.
Este escenario, según quienes conocen de cerca y se han criado en el mundo rural, se vendría experimentando desde hace aproximadamente diez años, pero hoy se hace cada vez más evidente.
Se trata de diferentes operaciones ilícitas ligadas al crimen organizado, como, por ejemplo, la droga que se oculta tras plantaciones de lechuga, tomate y otras frutas y verduras, en sectores donde se aprovecha la poca fiscalización policial y de seguridad.
De esta manera, los narcotraficantes aprovechan los caminos de difícil acceso, situados entre los cerros.
Así, si hace algunos años estas bandas delictuales sólo dejaban las plantaciones de marihuana en estos terrenos, hoy se han instalado con verdaderos campamentos.
Y no es sólo eso, ya que estos lugares cuentas con delincuentes armados que están encargados de cuidar la cosecha del actuar policial.
La irrupción del crimen organizado en la agricultura
En ese sentido, en conversación con Expreso Bío Bío, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, reveló que, incluso, se han recibido denuncias por parte de temporeros a quienes se les intentó pagar su sueldo con droga.
Para los dirigentes de los agricultores, la situación se comienza a escapar de las manos. Así, el traslado del crimen organizado a las zonas rurales ha golpeado fuerte al mundo del agro.
El presidente de Fedefruta, Víctor Catán, sostuvo que se ha visto participación directa de delincuentes en la agricultura, comprando y vendiendo productos, e, incluso, lavando dinero.
Además, el gremialista agregó que el mundo de los caballos también se ha visto afectado; asimismo, enfatizó en aclarar que no hay más tiempo que perder, que hay que tomar decisiones ahora para evitar que la delincuencia siga avanzando.
Por su parte, la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari, indicó que últimamente el fenómeno de las plantaciones de marihuana en diversas zonas ha aumentado, sobre todo de la Región de Coquimbo, donde hay mucho terreno abandonado y lugares donde no llega la policía, ya que son inexplorables.
También, Figari pidió que el asunto se tome con mucha preocupación, puesto que el recorrido de la droga que viene del norte del país hacia el sur se convierte en un daño irreparable para toda la sociedad, declarando que este es un tema país.
De igual manera, criticó la poca fiscalización que se ejerce a jóvenes que lucen vehículos de alta gama, que tienen un alto valor, sin tener ingresos suficientes para comprarlos.
Por otra parte, Carolina Cruz, vicepresidenta de la SNA y quien toda su vida se ha dedicado al rubro agrícola, también mostró su preocupación, especialmente con los jóvenes temporeros, quienes serían los más perjudicados con el rápido avance del narcotráfico en sectores rurales.
En sus recorridos por el campo, Cruz ha podido detectar que muchos de los robos de los cuales han sido víctimas en zonas rurales y agrícolas tienen un común denominador: la droga.
Los robos de insumos, equipos e, incluso, de transformadores eléctricos para rescatar el cobre que poseen estos artefactos se genera, según la gremialista, para adquirir droga, entre pasta base y cocaína, cada vez más común entre trabajadores agrícolas.
Además, un punto super importante para Cruz, es la mínima denuncia ante estos hechos, la que, según argumenta, muchas veces no se realiza por miedo.
En la misma línea, José Miguel Stegmeier, presidente de la SOCABIO, detalló que la situación es insostenible a raíz de la serie de delitos que afectan al mundo agrícola, desde robo de insumos y asalto a casas, hasta tráfico de drogas y plantaciones de marihuana.
A su juicio, La manera más efectiva para poder resolver el problema es poder contar con mayor dotación e inteligencia policial, para reducir y erradicar la presencia de estas bandas en las zonas rurales.
La lucha contra el narcotráfico en zonas rurales
Desde las policías se están ejecutando planes para poder desarticular a las organizaciones criminales que se dedican al tráfico de droga, sobre todo en las Regiones de Coquimbo y del Maule donde predomina ampliamente esta problemática.
Hasta inicios de febrero, el Plan Cannabis impulsado por el ejecutivo y que permite el trabajo de Carabineros y la PDI, ha permitido la incautación de 105 mil plantas y más de 160 kilos de marihuana elaborada y 624 de la misma, pero procesada, solo en la Región de Coquimbo, con 26 personas detenidas en trabajos realizados por el OS7 de Carabineros y la Brigada Antidrogas de la PDI.
Pese a lo anterior, desde la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH), su presidente, el alcalde de Zapallar, Gustavo Alessandri, sostuvo que hay que hacer más.
En ese sentido, desde su municipio, particularmente han realizado diversas denuncias de personas que tienen plantaciones de marihuana y se hacen pasar por agricultores.
Así, el jefe comunal propuso la creación de un Plan Nacional Integral que involucre a diversas instituciones para abordar el problema.
De acuerdo con datos de la 1° Encuesta de Robo Agrícola, más del 60% de quienes participaron no denuncian, puesto que no confía en la persecución de estos delitos.
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Resumen generado con Inteligencia Artificial y revisado por el autor de este artículo. Herramienta desarrollada por BioBioChile
Denuncian que el narcotráfico se camufla como actividad agrícola, infiltrándose en zonas rurales con operaciones ilegales detrás de cultivos de lechuga y tomate. El crimen organizado, aprovechando la escasa vigilancia policial, ha establecido campamentos armados para proteger sus actividades ilícitas. La Sociedad Nacional de Agricultura alerta sobre el pago de sueldos con droga a temporeros y la participación de delincuentes en la compra y venta de productos agrícolas, así como en el lavado de dinero.
“Narcotráfico disfrazado de agro”, esa es la grave denuncia que remece al mundo de la agricultura nacional.
Este escenario, según quienes conocen de cerca y se han criado en el mundo rural, se vendría experimentando desde hace aproximadamente diez años, pero hoy se hace cada vez más evidente.
Se trata de diferentes operaciones ilícitas ligadas al crimen organizado, como, por ejemplo, la droga que se oculta tras plantaciones de lechuga, tomate y otras frutas y verduras, en sectores donde se aprovecha la poca fiscalización policial y de seguridad.
De esta manera, los narcotraficantes aprovechan los caminos de difícil acceso, situados entre los cerros.
Así, si hace algunos años estas bandas delictuales sólo dejaban las plantaciones de marihuana en estos terrenos, hoy se han instalado con verdaderos campamentos.
Y no es sólo eso, ya que estos lugares cuentas con delincuentes armados que están encargados de cuidar la cosecha del actuar policial.
La irrupción del crimen organizado en la agricultura
En ese sentido, en conversación con Expreso Bío Bío, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, reveló que, incluso, se han recibido denuncias por parte de temporeros a quienes se les intentó pagar su sueldo con droga.
Para los dirigentes de los agricultores, la situación se comienza a escapar de las manos. Así, el traslado del crimen organizado a las zonas rurales ha golpeado fuerte al mundo del agro.
El presidente de Fedefruta, Víctor Catán, sostuvo que se ha visto participación directa de delincuentes en la agricultura, comprando y vendiendo productos, e, incluso, lavando dinero.
Además, el gremialista agregó que el mundo de los caballos también se ha visto afectado; asimismo, enfatizó en aclarar que no hay más tiempo que perder, que hay que tomar decisiones ahora para evitar que la delincuencia siga avanzando.
Por su parte, la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari, indicó que últimamente el fenómeno de las plantaciones de marihuana en diversas zonas ha aumentado, sobre todo de la Región de Coquimbo, donde hay mucho terreno abandonado y lugares donde no llega la policía, ya que son inexplorables.
También, Figari pidió que el asunto se tome con mucha preocupación, puesto que el recorrido de la droga que viene del norte del país hacia el sur se convierte en un daño irreparable para toda la sociedad, declarando que este es un tema país.
De igual manera, criticó la poca fiscalización que se ejerce a jóvenes que lucen vehículos de alta gama, que tienen un alto valor, sin tener ingresos suficientes para comprarlos.
Por otra parte, Carolina Cruz, vicepresidenta de la SNA y quien toda su vida se ha dedicado al rubro agrícola, también mostró su preocupación, especialmente con los jóvenes temporeros, quienes serían los más perjudicados con el rápido avance del narcotráfico en sectores rurales.
En sus recorridos por el campo, Cruz ha podido detectar que muchos de los robos de los cuales han sido víctimas en zonas rurales y agrícolas tienen un común denominador: la droga.
Los robos de insumos, equipos e, incluso, de transformadores eléctricos para rescatar el cobre que poseen estos artefactos se genera, según la gremialista, para adquirir droga, entre pasta base y cocaína, cada vez más común entre trabajadores agrícolas.
Además, un punto super importante para Cruz, es la mínima denuncia ante estos hechos, la que, según argumenta, muchas veces no se realiza por miedo.
En la misma línea, José Miguel Stegmeier, presidente de la SOCABIO, detalló que la situación es insostenible a raíz de la serie de delitos que afectan al mundo agrícola, desde robo de insumos y asalto a casas, hasta tráfico de drogas y plantaciones de marihuana.
A su juicio, La manera más efectiva para poder resolver el problema es poder contar con mayor dotación e inteligencia policial, para reducir y erradicar la presencia de estas bandas en las zonas rurales.
La lucha contra el narcotráfico en zonas rurales
Desde las policías se están ejecutando planes para poder desarticular a las organizaciones criminales que se dedican al tráfico de droga, sobre todo en las Regiones de Coquimbo y del Maule donde predomina ampliamente esta problemática.
Hasta inicios de febrero, el Plan Cannabis impulsado por el ejecutivo y que permite el trabajo de Carabineros y la PDI, ha permitido la incautación de 105 mil plantas y más de 160 kilos de marihuana elaborada y 624 de la misma, pero procesada, solo en la Región de Coquimbo, con 26 personas detenidas en trabajos realizados por el OS7 de Carabineros y la Brigada Antidrogas de la PDI.
Pese a lo anterior, desde la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH), su presidente, el alcalde de Zapallar, Gustavo Alessandri, sostuvo que hay que hacer más.
En ese sentido, desde su municipio, particularmente han realizado diversas denuncias de personas que tienen plantaciones de marihuana y se hacen pasar por agricultores.
Así, el jefe comunal propuso la creación de un Plan Nacional Integral que involucre a diversas instituciones para abordar el problema.
De acuerdo con datos de la 1° Encuesta de Robo Agrícola, más del 60% de quienes participaron no denuncian, puesto que no confía en la persecución de estos delitos.