Oposición pide "evaluar" el cargo del embajador Valdés debido a sus críticas contra Donald Trump

Publicado por Isabel Hodge
La información es de Raimundo Jara Duclos
21 de enero | 10:12
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Donald Trump juró como el cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos, y durante su discurso manifestó que la “era de oro comienza justo ahora”.

En sus primeras horas como mandatario, comenzó con una “completa restauración de Estados Unidos y la revolución del sentido común”, tal como manifestó.

Por lo mismo, anunció la declaración de emergencia nacional en la frontera sur del país, y comenzará con el “proceso de devolver a millones de extranjeros delincuentes a los lugares de los que venían”.

Donald Trump contra la inmigración ilegal

Enviará a soldados a la frontera sur y declarará a los carteles como “organizaciones terroristas extranjeras” y utilizará “el inmenso poder federal para eliminar la presencia de las bandas extranjeras y redes delictivas que traen crimen devastador a territorio estadounidense, incluyendo nuestras ciudades”.

Lo dijo en campaña y lo reiteró ayer: la inmigración ilegal será una base importante de su política exterior, en especial hacia América Latina.

Y en este contexto macro de inmigrantes que cometen delitos en territorio norteamericano, se enmarcan los ilícitos cometidos por chilenos en ese país, un hecho que ya tiene nombre: “Turismo delictual”.

Visa Waiver y turismo delictual

Esto corresponde a chilenos que viajan a Estados Unidos amparados por beneficio, un privilegio codiciado que tiene Chile: el programa de exención de Visa o Visa Waiver, que permite viajar hasta por 90 días sin tener que sacar una visa.

Y con ese privilegio esos chilenos delinquen, roban en sectores acomodados en distintas ciudades, con joyas, objetos de valor y dinero entre sus objetivos.

Este talante de Trump hacia migrantes que delinquen en Estados Unidos, sumado a los llamados de un sector del Partido Republicano y de autoridades policiales a que Chile pierda la Visa Waiver, llevó a Heraldo Muñoz, excanciller del segundo gobierno de Michelle Bachelet, a concluir que ese beneficio es el “punto sensible” de la relación bilateral con Estados Unidos.

La Visa Waiver forma parte de las interrogantes de cómo será la relación bilateral con los Estados Unidos de Trump, considerando, además, las profundas diferencias ideológicas con el presidente Gabriel Boric.

El mandatario chileno, de hecho, criticó a Trump la semana pasada, en su gira por la región del Biobío, en ASMAR, Talcahuano, a propósito del lanzamiento del Plan Nacional Continuo de Construcción Naval.

Allí resaltó la importancia de los pasos oceánicos como el Estrecho de Magallanes y la soberanía que Chile tiene, lo mismo con las costas de las islas chilenas, y mencionó, desde Talcahuano, de paso, al Canal de Panamá.

El mismo que Trump busca recuperar y ayer lo reiteró en esta “era de oro” que acaba de comenzar. Boric calificó esta pretensión como una “bravuconada” que profiere “constantemente a otros países”.

Consultada sobre cómo será la relación bilateral considerando estas y otras diferencias, la vocera (s) de Gobierno Aisén Etcheverry subrayó que esa relación trasciende a las administraciones de turno, por lo que el Ejecutivo tiene la “intención” de trabajar con Trump y Estados Unidos “como siempre lo hemos hecho”.

Rol del embajador Valdés

En esta serie de interrogantes de cómo se relacionará este Estados Unidos de Trump con Chile se incluye, también, a Juan Gabriel Valdés, el embajador chileno en Washington.

Esto porque a Valdés se le acusó, principalmente en la oposición, de tomar un bando en las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre.

No tanto por asistir a la Convención Demócrata en Estados Unidos –práctica habitual de embajadores-, sino por emitir juicios de valor, favorables, sobre la candidata de ese partido, Kamala Harris.

Calificó la instancia como un “acto revitalizador” de la democracia”, con energía a “todo watt (sic) y con un “carisma inigualable en la candidata” en un gran encuentro de mirada al futuro.

Y esta coyuntura fue la mejor excusa para recordar viejas pero polémicas declaraciones del embajador en contra de Trump.

En sus redes sociales, Valdés, entre otras cosas, lo culpó de “planear un golpe de Estado” en el marco del asalto del Capitolio hace cuatro años.

También lo tildó como “la encarnación de lo peor de la historia” de ese país: “no es una aberración, menos aún una casualidad”.

Roberto Ampuero, excanciller de la segunda administración de Sebastián Piñera, dijo que para tener una buena relación con Estados Unidos de Trump, Chile debe “basarse en su prestigio” que alcanzó en los “denostados 30 años”.

Para eso, añadió el escritor, se requiere, entre otras cosas, “un embajador (chileno) que despierte confianza y simpatía en Washington D.C.”.

En la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, el diputado Republicano Stephan Schubert pidió al presidente Boric tomar medidas y “sacar” a Valdés como embajador en Washington.

En cambio, para su par ecologista Félix González esta polémica es sólo en Chile y no en Estados Unidos.

El exsubsecretario de Relaciones Exteriores y exembajador de Chile en Washington durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, Alfonso Silva, opinó que la situación de Valdés ya fue analizada por Cancillería, la que concluyó que sus opiniones sobre Estados Unidos no tendrían consecuencias.

El canciller Alberto van Klaveren dijo el 8 de noviembre que Valdés cuenta con “toda la confianza” del presidente Boric, y agregó que sus opiniones no interfieren en la relación con Estados Unidos, “en absoluto”, y llamó a poner todo esto “en perspectiva; lo que importa es la opinión actual y no tenemos ningún problema”.

Ante los llamados a su renuncia, Valdés, como embajador, salió a defenderse en los medios cuando Trump ganó las presidenciales.

“El presidente decide quiénes son sus embajadores y yo, como cualquier otro, dependo de su voluntad. No se me ha pasado por la cabeza renunciar. He dado peleas durante mucho tiempo en mi vida, y no me parece que esto sea importante”, dijo Valdés.

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Donald Trump juró como el cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos, y durante su discurso manifestó que la “era de oro comienza justo ahora”.

En sus primeras horas como mandatario, comenzó con una “completa restauración de Estados Unidos y la revolución del sentido común”, tal como manifestó.

Por lo mismo, anunció la declaración de emergencia nacional en la frontera sur del país, y comenzará con el “proceso de devolver a millones de extranjeros delincuentes a los lugares de los que venían”.

Donald Trump contra la inmigración ilegal

Enviará a soldados a la frontera sur y declarará a los carteles como “organizaciones terroristas extranjeras” y utilizará “el inmenso poder federal para eliminar la presencia de las bandas extranjeras y redes delictivas que traen crimen devastador a territorio estadounidense, incluyendo nuestras ciudades”.

Lo dijo en campaña y lo reiteró ayer: la inmigración ilegal será una base importante de su política exterior, en especial hacia América Latina.

Y en este contexto macro de inmigrantes que cometen delitos en territorio norteamericano, se enmarcan los ilícitos cometidos por chilenos en ese país, un hecho que ya tiene nombre: “Turismo delictual”.

Visa Waiver y turismo delictual

Esto corresponde a chilenos que viajan a Estados Unidos amparados por beneficio, un privilegio codiciado que tiene Chile: el programa de exención de Visa o Visa Waiver, que permite viajar hasta por 90 días sin tener que sacar una visa.

Y con ese privilegio esos chilenos delinquen, roban en sectores acomodados en distintas ciudades, con joyas, objetos de valor y dinero entre sus objetivos.

Este talante de Trump hacia migrantes que delinquen en Estados Unidos, sumado a los llamados de un sector del Partido Republicano y de autoridades policiales a que Chile pierda la Visa Waiver, llevó a Heraldo Muñoz, excanciller del segundo gobierno de Michelle Bachelet, a concluir que ese beneficio es el “punto sensible” de la relación bilateral con Estados Unidos.

La Visa Waiver forma parte de las interrogantes de cómo será la relación bilateral con los Estados Unidos de Trump, considerando, además, las profundas diferencias ideológicas con el presidente Gabriel Boric.

El mandatario chileno, de hecho, criticó a Trump la semana pasada, en su gira por la región del Biobío, en ASMAR, Talcahuano, a propósito del lanzamiento del Plan Nacional Continuo de Construcción Naval.

Allí resaltó la importancia de los pasos oceánicos como el Estrecho de Magallanes y la soberanía que Chile tiene, lo mismo con las costas de las islas chilenas, y mencionó, desde Talcahuano, de paso, al Canal de Panamá.

El mismo que Trump busca recuperar y ayer lo reiteró en esta “era de oro” que acaba de comenzar. Boric calificó esta pretensión como una “bravuconada” que profiere “constantemente a otros países”.

Consultada sobre cómo será la relación bilateral considerando estas y otras diferencias, la vocera (s) de Gobierno Aisén Etcheverry subrayó que esa relación trasciende a las administraciones de turno, por lo que el Ejecutivo tiene la “intención” de trabajar con Trump y Estados Unidos “como siempre lo hemos hecho”.

Rol del embajador Valdés

En esta serie de interrogantes de cómo se relacionará este Estados Unidos de Trump con Chile se incluye, también, a Juan Gabriel Valdés, el embajador chileno en Washington.

Esto porque a Valdés se le acusó, principalmente en la oposición, de tomar un bando en las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre.

No tanto por asistir a la Convención Demócrata en Estados Unidos –práctica habitual de embajadores-, sino por emitir juicios de valor, favorables, sobre la candidata de ese partido, Kamala Harris.

Calificó la instancia como un “acto revitalizador” de la democracia”, con energía a “todo watt (sic) y con un “carisma inigualable en la candidata” en un gran encuentro de mirada al futuro.

Y esta coyuntura fue la mejor excusa para recordar viejas pero polémicas declaraciones del embajador en contra de Trump.

En sus redes sociales, Valdés, entre otras cosas, lo culpó de “planear un golpe de Estado” en el marco del asalto del Capitolio hace cuatro años.

También lo tildó como “la encarnación de lo peor de la historia” de ese país: “no es una aberración, menos aún una casualidad”.

Roberto Ampuero, excanciller de la segunda administración de Sebastián Piñera, dijo que para tener una buena relación con Estados Unidos de Trump, Chile debe “basarse en su prestigio” que alcanzó en los “denostados 30 años”.

Para eso, añadió el escritor, se requiere, entre otras cosas, “un embajador (chileno) que despierte confianza y simpatía en Washington D.C.”.

En la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, el diputado Republicano Stephan Schubert pidió al presidente Boric tomar medidas y “sacar” a Valdés como embajador en Washington.

En cambio, para su par ecologista Félix González esta polémica es sólo en Chile y no en Estados Unidos.

El exsubsecretario de Relaciones Exteriores y exembajador de Chile en Washington durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, Alfonso Silva, opinó que la situación de Valdés ya fue analizada por Cancillería, la que concluyó que sus opiniones sobre Estados Unidos no tendrían consecuencias.

El canciller Alberto van Klaveren dijo el 8 de noviembre que Valdés cuenta con “toda la confianza” del presidente Boric, y agregó que sus opiniones no interfieren en la relación con Estados Unidos, “en absoluto”, y llamó a poner todo esto “en perspectiva; lo que importa es la opinión actual y no tenemos ningún problema”.

Ante los llamados a su renuncia, Valdés, como embajador, salió a defenderse en los medios cuando Trump ganó las presidenciales.

“El presidente decide quiénes son sus embajadores y yo, como cualquier otro, dependo de su voluntad. No se me ha pasado por la cabeza renunciar. He dado peleas durante mucho tiempo en mi vida, y no me parece que esto sea importante”, dijo Valdés.