En esta edición de “La Ruta del Pulsar”, el programa impulsado por SCD y Bío-Bío TV, Tomás Pérez Massad repasa el camino que lo llevó al alzar el galardón como Mejor Productor Musical del Año, mientras la emblemática agrupación Wechemapu se adentra en el reconocimiento a la Música de los Pueblos Originarios.
Dos historias de dedicación y pasión que demuestran cómo estos premios no solo consagran trayectorias, sino que también subrayan el impacto de sus contribuciones en el desarrollo de la música chilena.
Ser reconocido como Mejor Productor Musical del Año en los Premios Pulsar no es solo un logro personal para Tomás Pérez Massad, sino una reivindicación del papel esencial que juegan los productores en la creación de música. Este galardón valida años de esfuerzo y dedicación en una labor que, aunque muchas veces ocurre fuera de los focos, es fundamental para definir la identidad sonora de la música chilena. “Lo que me gusta es tomar una idea musical, ya sea en su etapa inicial o como maqueta, y llevarla a un nivel muy alto, tanto técnica como artísticamente”, comentó el productor, destacando cómo su rol trasciende lo técnico para convertirse en una herramienta creativa clave.
Desde sus inicios autodidactas, grabando desde su habitación y experimentando sonidos distintos a los convencionales, hasta sus colaboraciones con figuras como Camila Moreno, Polimá Westcoast y Manuel García, Tomás ha demostrado una versatilidad que abarca desde el pop hasta el trap. “Me gustaba mucho el metal, el rock, la experimentación”, comenta.
Este premio reconoce su capacidad para adaptar su talento a diversos géneros y su compromiso con llevar cada proyecto al máximo nivel artístico. “Yo no sabía lo que era un productor”, recordó sobre sus comienzos, antes de transformarse en un referente en la industria.
El legado mapuche
Por su parte, Wechemapu ahondó en camino que los llevó al premio en la categoría Música de los Pueblos Originarios. Con este galardón celebran casi 50 años de preservación de las raíces culturales mapuche, a través de un arte que conecta generaciones y rescata la identidad de un pueblo.
El proyecto ganador, “Senderos culturales del futa Willi”, pone en valor las tradiciones de las regiones de Los Ríos y Los Lagos, llevando su música a nuevas audiencias y fortaleciendo el vínculo entre la comunidad y su patrimonio. Para Wechemapu, ganar este premio no solo destaca su trayectoria, sino que valida la importancia de darle un espacio visible a los pueblos originarios en la música chilena.
“Darle el espacio que se merece a los pueblos originarios, por lo menos en la música, es tremendamente valioso”, afirmó Ponciano Rumian, fundador de la agrupación. Este reconocimiento enfatiza que la música mapuche no es solo una expresión artística, sino un puente que conecta a las generaciones jóvenes con sus raíces.
Este impacto intergeneracional de Wechemapu sigue vivo gracias al espíritu joven que renueva su música. “La juventud no es solo algo físico, sino espiritual, y eso es lo que queremos mantener”, señaló Rumian, subrayando el compromiso de la agrupación con un legado que continúa evolucionando y resonando a lo largo del tiempo.