Más de 14 mil clientes continúan sin suministro eléctrico a casi dos semanas de un sistema frontal que afectó la zona centro-sur del país. El evento ocasionó la caída de árboles y postes de alumbrado que perjudicaron la red eléctrica y, como resultado, los daños causados dejaron a millones de hogares sin luz y, en algunos casos, también sin agua en dado que la red hídrica depende de energía.
Por lo anterior, continúan las críticas tanto a las empresas distribuidoras como también a las autoridades por no tomar medidas preventivas efectivas ante un sistema frontal que estaba pronosticado con antelación.
En una nueva edición de La entrevista de Tomás Mosciatti, se conversó con Bernardo Castro, director del Diplomado en Gestión de Desastres de la Universidad Finis Terrae, profesor de la Escuela Militar y experto de la ONU en gestión de desastres, quien en esta oportunidad abordó las deficiencias en el manejo de desastres naturales en Chile.
Planificación y prevención
“Chile no es un país de catástrofes, lo que pasa es que es un país altamente vulnerable y estas situaciones nos demuestran, una vez más, que todos estos procesos que terminan en un desastre son el resultado de malas decisiones, malas planificaciones y mala gestión”, sostuvo Castro.
Lo anterior revela que, “no se ha podido hacer real el proceso que ya hace muchos años se busca transitar, desde la gestión de las emergencias hacia la gestión del riesgo, o sea, anticiparnos a que las cosas sucedan”, explicó.
Estado del arte
“Ahora hay que ocuparse de cuál es el estado de arte en estos momentos en Chile, no podemos hacer gestión sobre los fenómenos de origen natural, pero es totalmente factible poder anticiparse y adoptar medidas preventivas, estructurales y de obras”, comentó el experto.
“La gestión de riesgo para evitar este tipo de situaciones no se hace ni con leyes ni con decretos, se hace actuando y que las personas que tienen responsabilidad en este marco jurídico lo cumplan”, agregó.
“A medida de que cada organismo, cada autoridad realmente tenga a los profesionales competentes que sean capaces de poder traducir lo que dice nuestra estructura, lo que está previsto que se cumpla, yo creo que se podrían evitar muchas cosas”, enfatizó.
Actualmente, “nos encontramos con que ha costado mucho instalar este nuevo concepto de poder hacer gestión del riesgo”, analizó.
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