Autoridades y representantes de 18 países se reunieron en la ciudad de Palermo, Italia, para conmemorar el asesinato del juez Giovanni Falcone, quien fue abatido hace más de 30 años por orden del jefe de la Cosa Nostra, una organización criminal de la mafia italiana. Su sucesor en la investigación, Paolo Borsellino, también asesinado en 1992, contribuyó al legado de Falcone en la persecución del crimen y su caracterización como transnacional.
El objetivo del encuentro fue recordar el trabajo de ambos jueces en el marco de la cooperación internacional para la investigación del crimen organizado, considerando el contexto actual relacionado con la seguridad en América Latina, donde se abordan organizaciones criminales que traspasan fronteras.
En una nueva edición de La entrevista de Tomás Mosciatti, se conversó con Giovanni Tartaglia, magistrado y experto en el combate de la criminalidad transnacional, quien en esta oportunidad analizó diferentes medidas que se puede aplicar para la prevención y persecusión de delitos.
Organizaciones transnacionales
“Es un fenómeno diacrónico, la criminalidad organizada se fortalece y tiene una doble alma” sostuvo el magistrado.
Por un lado, “es violenta y enfrenta al estado con un ataque armado y militar, con la persecución de fiscales, jueces y diferentes representantes”, y por otro lado, “se infiltra en la sociedad a través de la economía y el lavado de activos, y también en la administración del gobierno por medio de la corrupción”, enfatizó.
“Esta es una amenaza global y debemos establecer reuniones para la cooperación internacional” y agregó que, “no podemos pensar de manera nacional lo que involucra a diferentes países”.
Configuración de la justicia y las cárceles
“El dinero es el poder de la criminalidad, el control del territorio no se asegura con armas sino con el poder económico”, sostuvo Tartaglia.
Sin embargo, “el dinero es también su punto débil” y su persecusión “se consigue especializando a los investigadores respecto a usos financieros, identificando los titulares de los bienes y confiscandolos”, explicó.
Junto a lo anterior se debe abordar la situación de las cárceles, debido a que “una prisión hacinada no se puede gestionar de forma ágil”.
“La inteligencia penitenciaria es monitorear a los presos peligrosos para que no configuren alianzas o sigan al mando de organizaciones o reclutando a persoans dentro de las cárceles”, destacó.
Te invitamos a ver la entrevista completa en Bio Bio Tv.