Era fines de 1985 y Chile atravesaba un tenso momento cuando la dictadura de Augusto Pinochet rechazó el acuerdo nacional planteado por la Oposición y al año siguiente el general reprendió fuertemente a Carabineros por considerarlos una institución que actuaba de forma blanda durante las protestas y actos de conmoción pública.
Ante eso durante 1986 el Ejército de Chile crea la Unidad Fundamental Antisubversiva a la cual se le garantizó implementación y anonimato en el cumplimiento de sus funciones. El 2 de julio, en medio de un paro nacional, en el sector de General Velásquez y en un remoto callejón solitario, dos jóvenes fueron capturados por una de las tantas patrullas militares que habían desplegadas.
Se trata de Rodrigo Rojas de 19 años y Carmen Gloria Quintana de 18, quienes fueron quemados y abandonados en un camino de Quilicura donde Rodrigo falleció producto de las graves lesiones mientras que Carmen logró salvar su vida tras muchas operaciones.
Para conocer más detalles de este caso nos acompaña el coronel en retiro del Ejército, Julio Castañer, quien estuvo en ese lugar y que ha sido condenado por la Corte de Apelaciones de Santiago a 20 años por esto. Se espera que durante este año la causa sea revisada por la Corte Suprema.
Caso Quemados
“Hubo un despliegue de alrededor de 6 mil hombres en la Región Metropolitana. Mi rol fundamental era ver el comportamiento de las patrullas militares. Yo andaba de civil ese día, el fin era otro, no era pasar inadvertido si no una protección personal”, expresó.
Y agregó: “Ese día no se sabía qué iba a ocurrir realmente. La regla permanente era no abandonar la línea legal que tenía que cumplir la unidad militar. Yo llego al lugar cuando ambos muchachos ya habían sido detenidos”.
“Hubo una inflamación importante, fue una tragedia. La prioridad eran las dos personas que habían sufrido quemaduras y la urgencia era darles pronta atención. Fueron abandonados por el oficial que estaba a cargo de este procedimiento y el Ejército de Chile. Hubo un silencio de 17 días. Se advierte que se obstruye la justicia”, enfatizó.
Justicia y condenas
“Yo no me hago parte de esta cultura obstruccionista. Yo he mantenido mis declaraciones hasta el día de hoy, esto fue una tragedia que marcó el destino y toda mi vida”, zanjó.
E insistió: “Yo no entré al Ejército por el General Pinochet si no por mis valores y convicciones. No me voy a hacer cargo de errores políticos. No voy a ir a la cárcel, tengo la convicción absoluta que voy a dar todo por probar mi inocencia”.
“En su momento le relaté mi verdad a José Antonio Kast. Creo en la Justicia y por eso la Corte Suprema tiene una tremenda oportunidad. Toda la sociedad chilena queda vulnerable si la Justicia condena a un inocente”, complementó.
A continuación, revisa la entrevista completa junto a Tomás Mosciatti por Bio Bio TV.