El 3 de octubre de 1226 falleció Francisco de Asís, el santo católico italiano y una de las figuras más grandes de la espiritualidad cristiana y fundador de la Orden Franciscana.
Su nombre era Giovanni di Pietro Bernardone y nació en Asís en Italia el año 1171. Perteneció a una familia acomodada ya que se padre era un exitoso mercader.
De joven, Francisco era un mundano con cierto renombre en la ciudad con afición a la elegancia. En 1202 incluso fue encarcelado por participar en un altercado.
Tras superar ese episodio su madurez espiritual comenzó a desarrollarse. Durante 1206 Francisco tuvo su primera visión en el Templo de San Damián y sintió una voz que pedía reparar la iglesia.
Para hacerlo, vende el caballo y varías mercancías de su padre y el Sacerdote de San Damián rechaza su oferta. Con esta acción es censurado por su progenitor por considerarlo un despilfarro.
Incluso lo llevó con el Obispo de Asís para que Francisco renuncie a cualquier herencia y la respuesta de él fue decir que se despojaba de todos sus bienes materiales y serviría a Dios.
A los 25 años abandonó su ciudad natal y trabajó en un hospital de pacientes con lepra, lo que se convirtió en un punto culminante de su transformación.
Regresó a su pueblo y se dedicó a restaurar con sus propias manos varias iglesias que estaban descuidadas. Aquellos fueron años muy solitarios para Francisco.
El 24 de febrero 1209 Francisco escuchó una llamada que le indicaba que saliera al mundo a hacer el bien.
Se convierte en apóstol y atrae a su alrededor a toda una corte de personas activas y devotas. Vestía descalzo y solo con una túnica.
San Francisco de Asís predicaba la pobreza como un valor y proponía un modo de vida sencillo basados en los ideales del evangelio.
Para hacerlo y no ser perseguido, decidió contar con una autorización pontificia y en el año 1210 el Papa Inocencio III aprobó su modelo de vida religiosa y le dio permiso para predicar ordenándolo diácono.
Con el tiempo crecieron sus adeptos y Francisco comenzó a conformar una orden religiosa, actualmente la Franciscana y con la colaboración de Santa Clara fundó la rama femenina de la orden, Las Damas Pobres.
Para 1221 incluso se iba a crear la Orden III con el fin de acoger a quienes no podían abandonar sus deberes familiares. La congregación francisca se extendió ampliamente por Italia, España y Francia.
Por esos años San Francisco trató de llevar la evangelización más allá de las tierras cristianas pero varias circunstancias frustraron sus viajes a Siria y Marruecos.
Pasó sus últimos días aquejado por la ceguera y fuertes padecimientos, rodeado por el fervor de sus seguidores y falleció el 3 de octubre de 1226. Sus restos descansan en la Basílica de San Francisco.