Mujer que sufrió robo en Independencia entrega nuevos detalles: abrazó "con el alma" a delincuente

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En Independencia, el relato de una adulta mayor que abrazó a uno de los delincuentes que ingresó a su vivienda durante un violento robo causó impacto. Gloria De Vicenzi, la víctima, detalló la dramática experiencia sufrida con cuatro individuos jóvenes y sin rostro cubierto. Relató cómo apapachó al delincuente, lo cual lo desconcertó, logrando calmarlo mientras los otros asaltantes saqueaban su hogar. A pesar de la impotencia y miedo vividos, la valiente mujer busca generar conciencia y un cambio positivo, recibiendo apoyo de la alcaldesa de Independencia.

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Impacto causó el relato de una adulta mayor que fue víctima de un violento robo, en Independencia. La mujer contó que abrazó a uno de los delincuentes que entraron en su vivienda y que eso “descoloco” al antisocial.

En conversación con Expreso Bío Bío, Gloria De Vicenzi, la víctima del robo, detalló la dramática experiencia que sufrió y aseguró que está “bien, gracias a Dios”.

En ese sentido, contó que a su casa entraron cuatro individuos de, al parecer, entre “16 y 18 años”, con “rostro descubierto” y “jockeys vueltos para atrás, y encima el capuchón de los polerones oscuros”.

En medio de ese contexto, la adulta mayor relató que se quedó en la parte de abajo de su vivienda, “con el más jovencito”.

“Escuché una vez en una audición, o en una lectura, que a esta gente, cuando estaba así, medios exacerbados a matar, uno no tenía que llevarles la contraria, sino que, todo lo contrario, apapacharlos”, sostuvo De Vicenzi.

“Lo abracé con toda mi alma”

En la misma línea, agregó que “miré al chico, que era alto, muy delgadito, y lo abracé. Le dije ‘hijo, eres igual a mi hijo. ¿Cómo puedes estar haciendo lo que estás haciendo tú aquí? ¿Qué me vas a hacer?’, venía con un destornillador grande en la mano”.

“Entonces, quedó tan sorprendido de la manera en que yo lo abracé, porque lo abracé con toda mi alma”, siguió relatando.

También, añadió que “le digo ‘lo único que te pido es, si tú quieres hacerme daño, mátame de un viaje, al tiro, pero no me dejes lele, que es quedar a medias, porque soy sola y no tengo a nadie que me cuide”.

“Le mentí, en esta casa yo estoy cuidando (les dijo), lo único que les pido es, llévense todo lo que quieran, pero no rompan nada, porque tengo que pagarlo yo y no tengo como responder al dueño por las cosas que hay”.

Frente a las palabras de la mujer, según contó ella, este “bota el destornillador sobre un mueble que estaba intentando desbaratar y me dice ‘mamita, yo no te voy a hacer nada"”.

“Cuando vi esa actitud dije ‘este está controlado’. (Pero,) los que me tenían aterrorizada eran los que estaban arriba, en mi dormitorio, botando todo lo que estaba en el ropero. Buscaban plata y joyas”, continuó.

Asimismo, señaló que “el de abajo me decía ‘¿dónde tienen la plata?"”. Ante aquello, ella contestó: ¿Qué plata, hijito? Si me pago al final del mes y recibo 400 lucas mensuales, ¿qué plata te voy a dar?”.

Luego, comentó que “me tiré el suelo (…) En eso miro la mesa del comedor, que era donde yo estaba sentada cuando desrajaron la puerta, y veo que está mi celular (…) Me paró, traté de mirar qué podía tirarle encima, para que no lo viera. (Sin embargo,) me mira la actitud y se para; se viene hacia el lado del comedor y me dice ‘este es mío’.

“Lo toma, le digo, y me pongo a llorar,’tengo las fotos de mi nieto que falleció, déjamelo, por favor’. Me dijo ‘no, este no te lo dejo"”.

En medio de esta situación, Gloria De Vicenzi visualizó “que las puertas estaban abiertas y despacito me fui hacia atrás, y salí arrancando, a llamar a mi vecino”

De esta manera, Don Sergio, su vecino, según detalló la mujer, “sale mi vecino con un palo grande en la mano, y largo, y alcanzo a pegarle al fulano que estaba esperando en un auto rojo, que parece que era robado, estaba con la puerta abierta esperando a los cuatro que me estaban robando a mí”.

Posteriormente, los sujetos que estaban en el interior de la vivienda “toman un elefante muy lindo, que tenía en una mesa ratona, y le quiebran el elefante en la cabeza a mi vecino. Tiene 16 puntos”.

Al ser consultada sobre si ella quedó con alguna lesión, respondió que “cuando ellos patearon la puerta, que fue la segunda que reventaron para entrar, porque estaba con las chapas de seguridad y con todos los pestillos, ya que vivo encerrada como en una cueva acá adentro, cuando miro por el ojo de la puerta, me cayó la puerta encima de la frente, tengo un moretón”.

Pese a ellos, la adulta mayor aseguró que, “gracias a Dios, la saqué barata, porque estos vienen dispuestos a todos”.

“Al de abajo lo tenía controlado, cuando lo abracé, estoy segura de que nadie en la vida le tuvo que haber hecho ni siquiera un ñuñoko, desde que nació, al pobrecito. Él se sintió ‘pucha, qué estoy haciendo’, pero tampoco dejó de robarme el celular, se lo llevó”.

Asimismo, agregó que “los de arriba robaron lo que pudieron, unas cuantas cosas de plata”.

“Lo que más siento es la impotencia, miedo no tengo”

Por otro lado, respecto a sus sensaciones tras el violento robo del que fue víctima, señaló que “lo que más siento es la impotencia, miedo no tengo (…) Es impotencia de ver que hay gente que está postrada, que está con sus razones más o menos, que no tienen como defenderse, eso es lo que yo no quiero que siga continuando en el país, porque este no es país, es un antro de delincuencia”.

“Estamos siendo una colonia de Venezuela, de lo malo de Venezuela, porque en Venezuela hay buenos y buenos”, siguió. De todas maneras, cabe destacar que el sujeto al que abrazo era chileno, según ella misma dijo.

También, recordó que “una vez fui a ponerle pilas al aparato de la presión y al de la glicemia, porque soy diabética e hipertensa, y un chico muy atento, como de ocho o nueve años, me dice ‘le ayudo a bajar de la micro’; le paso la mano y por debajo viene el otro, que andaba con él, y me lleva la bolsa (…) No me atreví a hacer nada, quedé paralizada”.

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Por otro lado, Gloria De Vicenzi planteó que su idea al dar a conocer su dramática experiencia es “que haya un cambio positivo para nosotros, los viejos, para la escoria que viven en el tercer patio de la casa”.

También, aseguró que “está la señora alcalde de Independencia (Carola Rivero) conmigo, me ha ofrecido toda la ayuda”.

Además, señaló que quiere que “este mensaje llegue a mis hijos. Tengo una hija y un hijo, pero es como si no los tuviera (…) Hubo problemas familiares y graves, y no quieren saber nada de mí”.

Revisa todos los detalles en la entrevista completa.

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En Independencia, el relato de una adulta mayor que abrazó a uno de los delincuentes que ingresó a su vivienda durante un violento robo causó impacto. Gloria De Vicenzi, la víctima, detalló la dramática experiencia sufrida con cuatro individuos jóvenes y sin rostro cubierto. Relató cómo apapachó al delincuente, lo cual lo desconcertó, logrando calmarlo mientras los otros asaltantes saqueaban su hogar. A pesar de la impotencia y miedo vividos, la valiente mujer busca generar conciencia y un cambio positivo, recibiendo apoyo de la alcaldesa de Independencia.

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Impacto causó el relato de una adulta mayor que fue víctima de un violento robo, en Independencia. La mujer contó que abrazó a uno de los delincuentes que entraron en su vivienda y que eso “descoloco” al antisocial.

En conversación con Expreso Bío Bío, Gloria De Vicenzi, la víctima del robo, detalló la dramática experiencia que sufrió y aseguró que está “bien, gracias a Dios”.

En ese sentido, contó que a su casa entraron cuatro individuos de, al parecer, entre “16 y 18 años”, con “rostro descubierto” y “jockeys vueltos para atrás, y encima el capuchón de los polerones oscuros”.

En medio de ese contexto, la adulta mayor relató que se quedó en la parte de abajo de su vivienda, “con el más jovencito”.

“Escuché una vez en una audición, o en una lectura, que a esta gente, cuando estaba así, medios exacerbados a matar, uno no tenía que llevarles la contraria, sino que, todo lo contrario, apapacharlos”, sostuvo De Vicenzi.

“Lo abracé con toda mi alma”

En la misma línea, agregó que “miré al chico, que era alto, muy delgadito, y lo abracé. Le dije ‘hijo, eres igual a mi hijo. ¿Cómo puedes estar haciendo lo que estás haciendo tú aquí? ¿Qué me vas a hacer?’, venía con un destornillador grande en la mano”.

“Entonces, quedó tan sorprendido de la manera en que yo lo abracé, porque lo abracé con toda mi alma”, siguió relatando.

También, añadió que “le digo ‘lo único que te pido es, si tú quieres hacerme daño, mátame de un viaje, al tiro, pero no me dejes lele, que es quedar a medias, porque soy sola y no tengo a nadie que me cuide”.

“Le mentí, en esta casa yo estoy cuidando (les dijo), lo único que les pido es, llévense todo lo que quieran, pero no rompan nada, porque tengo que pagarlo yo y no tengo como responder al dueño por las cosas que hay”.

Frente a las palabras de la mujer, según contó ella, este “bota el destornillador sobre un mueble que estaba intentando desbaratar y me dice ‘mamita, yo no te voy a hacer nada"”.

“Cuando vi esa actitud dije ‘este está controlado’. (Pero,) los que me tenían aterrorizada eran los que estaban arriba, en mi dormitorio, botando todo lo que estaba en el ropero. Buscaban plata y joyas”, continuó.

Asimismo, señaló que “el de abajo me decía ‘¿dónde tienen la plata?"”. Ante aquello, ella contestó: ¿Qué plata, hijito? Si me pago al final del mes y recibo 400 lucas mensuales, ¿qué plata te voy a dar?”.

Luego, comentó que “me tiré el suelo (…) En eso miro la mesa del comedor, que era donde yo estaba sentada cuando desrajaron la puerta, y veo que está mi celular (…) Me paró, traté de mirar qué podía tirarle encima, para que no lo viera. (Sin embargo,) me mira la actitud y se para; se viene hacia el lado del comedor y me dice ‘este es mío’.

“Lo toma, le digo, y me pongo a llorar,’tengo las fotos de mi nieto que falleció, déjamelo, por favor’. Me dijo ‘no, este no te lo dejo"”.

En medio de esta situación, Gloria De Vicenzi visualizó “que las puertas estaban abiertas y despacito me fui hacia atrás, y salí arrancando, a llamar a mi vecino”

De esta manera, Don Sergio, su vecino, según detalló la mujer, “sale mi vecino con un palo grande en la mano, y largo, y alcanzo a pegarle al fulano que estaba esperando en un auto rojo, que parece que era robado, estaba con la puerta abierta esperando a los cuatro que me estaban robando a mí”.

Posteriormente, los sujetos que estaban en el interior de la vivienda “toman un elefante muy lindo, que tenía en una mesa ratona, y le quiebran el elefante en la cabeza a mi vecino. Tiene 16 puntos”.

Al ser consultada sobre si ella quedó con alguna lesión, respondió que “cuando ellos patearon la puerta, que fue la segunda que reventaron para entrar, porque estaba con las chapas de seguridad y con todos los pestillos, ya que vivo encerrada como en una cueva acá adentro, cuando miro por el ojo de la puerta, me cayó la puerta encima de la frente, tengo un moretón”.

Pese a ellos, la adulta mayor aseguró que, “gracias a Dios, la saqué barata, porque estos vienen dispuestos a todos”.

“Al de abajo lo tenía controlado, cuando lo abracé, estoy segura de que nadie en la vida le tuvo que haber hecho ni siquiera un ñuñoko, desde que nació, al pobrecito. Él se sintió ‘pucha, qué estoy haciendo’, pero tampoco dejó de robarme el celular, se lo llevó”.

Asimismo, agregó que “los de arriba robaron lo que pudieron, unas cuantas cosas de plata”.

“Lo que más siento es la impotencia, miedo no tengo”

Por otro lado, respecto a sus sensaciones tras el violento robo del que fue víctima, señaló que “lo que más siento es la impotencia, miedo no tengo (…) Es impotencia de ver que hay gente que está postrada, que está con sus razones más o menos, que no tienen como defenderse, eso es lo que yo no quiero que siga continuando en el país, porque este no es país, es un antro de delincuencia”.

“Estamos siendo una colonia de Venezuela, de lo malo de Venezuela, porque en Venezuela hay buenos y buenos”, siguió. De todas maneras, cabe destacar que el sujeto al que abrazo era chileno, según ella misma dijo.

También, recordó que “una vez fui a ponerle pilas al aparato de la presión y al de la glicemia, porque soy diabética e hipertensa, y un chico muy atento, como de ocho o nueve años, me dice ‘le ayudo a bajar de la micro’; le paso la mano y por debajo viene el otro, que andaba con él, y me lleva la bolsa (…) No me atreví a hacer nada, quedé paralizada”.

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Por otro lado, Gloria De Vicenzi planteó que su idea al dar a conocer su dramática experiencia es “que haya un cambio positivo para nosotros, los viejos, para la escoria que viven en el tercer patio de la casa”.

También, aseguró que “está la señora alcalde de Independencia (Carola Rivero) conmigo, me ha ofrecido toda la ayuda”.

Además, señaló que quiere que “este mensaje llegue a mis hijos. Tengo una hija y un hijo, pero es como si no los tuviera (…) Hubo problemas familiares y graves, y no quieren saber nada de mí”.

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