La nadadora Bárbara Hernández anotó un nuevo récord, esta vez un Guinness por su hazaña realizada el pasado 27 de febrero en Cabo de Hornos.
En esa oportunidad, logró recorrer la primera milla en un tiempo nunca antes registrado para su disciplina: tan sólo 15 minutos.
Además, la Federación Mundial de Nado en Aguas Abiertas le otorgó el reconocimiento por el nado más extenso realizado al fin del indo, con cinco kilómetros y medio.
Hablamos con la “Sirena de Hielo” para saber más de estos reconocimientos y su experiencia durante la proeza:
“Son 3 millas náuticas las que hicimos en Cabo de Hornos, en aguas muy frías, con muchas olas, estaba muy mareada. Nadamos una hora, 55 minutos fue el total.”
“Es un proceso un poco engorroso y yo soy muy concreta. Nosotros partimos a Cabo de Hornos con la idea de poder batir este Guinness y hacer la máxima distancia evaluando las condiciones. Este reconocimiento, que es un cuadrito especial que ellos envían por correo a Chile, con un montón de sellos y códigos especiales, nos llegó ahora.”
La importancia de su abuelo
“Nosotros estábamos en Tierra del Fuego nadando en los glaciares y mi tata estaba con cáncer hace dos años. Lo pudimos traer y pasamos toda esa pandemia. Yo por él y sus historias del ‘Tiburón Contreras’ empecé a nadar en el mar. Él decía que se quería ir a nadar conmigo a la antártica, entonces cuando le dije que se pospuso, me preguntó por dónde iba a ahora. Le mostré y busqué con él una ruta, Cabo de Hornos y me la jugué con todo por eso. Fui a nadar y mi tata ya estaba hospitalizado. Mi familia tiene un código muy especial: mientras yo este representando a Chile ellos no me comunican nada grave hasta que terminemos. Cuando volví de este nado, mi mama me avisa que estaba hospitalizado: se me partió el corazón, no lo podía creer. Por suerte alcancé a despedirme, estuve en la casa con él, le mostré los videos, le dije que esto lo íbamos a postular a un Guinness y espero que donde esté sienta el agradecimiento de la gente.”
Superación constante
“A nivel mundial hay más nadadores, nosotros vamos corriendo esa barrera. Si ya habían nadado sudafricanos en Cabo de Hornos, nosotros fuimos a doblar la distancia. Si alguien nadó en el Lago Chungará, nosotros fuimos a hacer el cruce más extenso. Si alguien ya nado el Canal Beagle y eran tres kilómetros, yo decidí hacer la ruta más extensa de 10 kilómetros. Y con estos ejemplos incentivamos y mostramos lo que es la natación de aguas abiertas en Chile.”