Cochayuyo: El alimento que ha pasado de mala fama a alta demanda internacional

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En una nueva versión de Entrevistas Bio Bio, Loreto Álvarez conversó con Juan Francisco Aldunce, director comercial y socio fundador de Seaweed Place, una empresa chilena dedicada a la producción y exportación de algas para el consumo humano. Aldunce compartió su visión sobre el cochayuyo, un alga que ha pasado de ser un alimento poco apreciado a convertirse en un producto altamente demandado en mercados internacionales.

“Nuestro principal alga que nosotros trabajamos es el cochayuyo de Urbilea Antártica”, explicó Aldunce. “Tuvo mala fama por mucho tiempo, pero ha ido reivindicándose en la opinión pública, y eso ha sido muy bueno para nosotros”. Este alga, que tradicionalmente se asociaba con un olor fuerte y una textura poco agradable, ha sido transformada por Seaweed Place a través de un proceso de deshidratación que mejora su presentación y sabor.

Aldunce destacó la importancia de la innovación en su empresa: “Nosotros nos dedicamos a las algas de consumo humano, y lo que hacemos es exportar a mercados como China y Vietnam, donde el cochayuyo se consume principalmente en restaurantes”. Sin embargo, la empresa también ha comenzado a diversificar su oferta, exportando productos como cápsulas y harina de cochayuyo a otros países, incluyendo Estados Unidos y Ecuador.

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La historia de Seaweed Place es también una historia familiar. “Mi padre siempre ha sido exportador y estuvo vinculado al tema de las algas desde antes de que yo naciera”, comentó Aldunce. “En 1982, comenzamos con la exportación de cochayuyo al mercado taiwanés, y así estuvimos trabajando durante 25 años”. Con el tiempo, la empresa ha evolucionado, incorporando a la nueva generación y adaptándose a las demandas del mercado.

Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Aldunce reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los emprendedores: “Siempre no es fácil emprender. Se pasan a veces por momentos muy duros, y la gente solo ve el éxito, pero detrás hay muchos dolores de cabeza”. A pesar de las dificultades, la empresa ha mantenido su enfoque en la investigación y el desarrollo, colaborando con universidades y explorando nuevas aplicaciones para las algas.

“Estamos siempre buscando y viendo cómo va a seguir esto más allá de simplemente vender el alga”, concluyó Aldunce. “Queremos tener una visión que va más allá, innovando y creando valor no solo para el cochayuyo, sino para otras algas también”.

Con una creciente demanda por productos saludables y sostenibles, el cochayuyo y otras algas chilenas están encontrando su lugar en la mesa de consumidores de todo el mundo, gracias a la dedicación y visión de empresas como Seaweed Place.

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En una nueva versión de Entrevistas Bio Bio, Loreto Álvarez conversó con Juan Francisco Aldunce, director comercial y socio fundador de Seaweed Place, una empresa chilena dedicada a la producción y exportación de algas para el consumo humano. Aldunce compartió su visión sobre el cochayuyo, un alga que ha pasado de ser un alimento poco apreciado a convertirse en un producto altamente demandado en mercados internacionales.

“Nuestro principal alga que nosotros trabajamos es el cochayuyo de Urbilea Antártica”, explicó Aldunce. “Tuvo mala fama por mucho tiempo, pero ha ido reivindicándose en la opinión pública, y eso ha sido muy bueno para nosotros”. Este alga, que tradicionalmente se asociaba con un olor fuerte y una textura poco agradable, ha sido transformada por Seaweed Place a través de un proceso de deshidratación que mejora su presentación y sabor.

Aldunce destacó la importancia de la innovación en su empresa: “Nosotros nos dedicamos a las algas de consumo humano, y lo que hacemos es exportar a mercados como China y Vietnam, donde el cochayuyo se consume principalmente en restaurantes”. Sin embargo, la empresa también ha comenzado a diversificar su oferta, exportando productos como cápsulas y harina de cochayuyo a otros países, incluyendo Estados Unidos y Ecuador.

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Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Aldunce reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los emprendedores: “Siempre no es fácil emprender. Se pasan a veces por momentos muy duros, y la gente solo ve el éxito, pero detrás hay muchos dolores de cabeza”. A pesar de las dificultades, la empresa ha mantenido su enfoque en la investigación y el desarrollo, colaborando con universidades y explorando nuevas aplicaciones para las algas.

“Estamos siempre buscando y viendo cómo va a seguir esto más allá de simplemente vender el alga”, concluyó Aldunce. “Queremos tener una visión que va más allá, innovando y creando valor no solo para el cochayuyo, sino para otras algas también”.

Con una creciente demanda por productos saludables y sostenibles, el cochayuyo y otras algas chilenas están encontrando su lugar en la mesa de consumidores de todo el mundo, gracias a la dedicación y visión de empresas como Seaweed Place.