En una reciente edición de Entrevistas Bio Bio, Loreto Álvarez tuvo la oportunidad de conversar con Marco Aceituno y Macarena Valdés, fundadores de la granja La Pachamama, ubicada en el Cerro El Piojo, Petorca. Su historia es un testimonio de resiliencia y creatividad en medio de adversidades.
“Nosotros no somos agricultores, tampoco somos profesionales, es decir, que nosotros no sabíamos ni cómo salían las papas”, confesó Marco, recordando sus inicios en un lugar donde “no teníamos ni vecinos ni amigos”. A pesar de las dificultades, la pareja se propuso aprender y adaptarse a su nuevo entorno.
La granja ha logrado un notable avance en sostenibilidad, utilizando solo seis cabras para generar electricidad para su hogar. “No tenemos gastos básicos. La luz la producimos con nuestras seis cabras”, explicó Marco, destacando cómo el guano de los animales se convierte en metano, que alimenta su generador.
Macarena también compartió su experiencia: “Cuando llegamos al cerro, no tuvimos agua potable por más de un año. Fue bien difícil y fue bien complejo”. Sin embargo, la necesidad los llevó a innovar y encontrar soluciones, como filtrar agua utilizando carbón, gravilla y arena.
El reconocimiento internacional no se hizo esperar. “Esto es un reconocimiento que nos dieron por ser líderes de la ruralidad de las Américas, por todo el trabajo de economía circular que hemos logrado desarrollar”, dijo Marco, mostrando con orgullo el galardón que recibieron.
La historia de La Pachamama es un ejemplo inspirador de cómo la perseverancia y la creatividad pueden transformar desafíos en oportunidades. “Gracias a eso, fue que nosotros pudimos ir creciendo y desarrollándonos”, concluyó Macarena, reflejando la esencia de su viaje hacia la autosuficiencia y la sostenibilidad.
“Hoy en día, La Pachamama no solo es un hogar, sino un modelo de comunidad sostenible que inspira a otros a seguir su ejemplo. Marco y Macarena han comenzado a recibir visitantes interesados en aprender sobre sus prácticas agrícolas y de energía renovable. ‘Queremos compartir nuestro conocimiento y demostrar que es posible vivir en armonía con la naturaleza’, afirmaron. Su visión va más allá de la granja; buscan crear un movimiento que promueva la autosuficiencia y el respeto por el medio ambiente, demostrando que, con determinación y creatividad, cualquier sueño puede hacerse realidad.”
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