En una reciente entrevista en Radio Bio Bio, la académica Jenny Blamey, doctora en bioquímica y directora de la Fundación Biociencia, compartió detalles sobre un innovador proyecto que llevará microorganismos vivos a la Estación Espacial Internacional (EEI). Este proyecto, que marca un hito en la investigación espacial, busca estudiar la capacidad de supervivencia de extremófilos en condiciones extremas del espacio.
“Los microorganismos van a subir hasta la Estación Internacional Espacial, donde los astronautas van a poner estas pequeñas cámaras con los microorganismos en condiciones de crecimiento”, explicó Blamey. “Se van a mantener ahí entre tres a seis meses para poder después estudiar los cambios que pueden haber sufrido debido a la radiación ultravioleta, la radiación ionizante, la falta de gravedad y el vacío que existe en el espacio”.
Este experimento no es el primero de su tipo, pero Blamey enfatiza que “nunca se ha hecho con estos microorganismos que denominamos extremófilos”. A diferencia de misiones anteriores donde se enviaron microorganismos en estado durmiente, esta vez se enviarán cultivos viables, lo que permitirá observar su comportamiento en condiciones óptimas.
La académica también destacó la importancia de este estudio para entender el origen de la vida en la Tierra y la posibilidad de que microorganismos similares puedan sobrevivir en otros planetas. “Buscamos la sobrevivencia de estos microorganismos terrestres en un ambiente extremo como el espacio”, afirmó. “Esto tiene que ver con preguntas sobre el origen de la vida, pero también con la sobrevivencia que pudieran tener microorganismos como estos en futuras misiones a la Luna y Marte”.
El proceso de preparación para este proyecto ha sido meticuloso. “Preparar los experimentos toma aproximadamente un año, un año y medio”, comentó Blamey. “Hay que hacer pruebas de termo vacío, pruebas de vibración, porque cuando los cohetes salen de la atmósfera terrestre, la vibración es tremenda”.
Con este ambicioso proyecto, Blamey y su equipo esperan no solo contribuir al conocimiento científico, sino también inspirar a futuras generaciones de científicos en Chile y el mundo. “Chile es uno de los sitios geográficos más diversos en ambientes extremos”, concluyó. “Es importante que sigamos explorando y aprovechando nuestro potencial en la ciencia”.
Este proyecto representa un paso significativo en la investigación astrobiológica y abre nuevas puertas para la exploración espacial.