El pasado 4 de octubre se inauguró en Concepción la primera casa impresa con tecnología 3D. Se trata de la “Casa Semilla”, una propuesta innovadora desarrollada por el grupo de manufactura aditiva de la Universidad del Bío-Bío (UBB) en un terreno de la Inmobiliaria Aconcagua en el Barrio Torreones.
Este proyecto marca un precedente en la era de la construcción a nivel regional y nacional.
En una nueva edición de Entrevista Bio Bio TV, conversamos con Claudia Muñoz, jefa del proyecto Casa Semilla y académica de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bío Bío, quien dio cuenta los detalles del proceso de montaje de la vivienda y los aporte que podría traer este proyecto al mundo de la construcción.
“Nos demoramos 29 horas en hacer la impresión de los muros y dos mañanas en hacer el montaje de ellos, fue bastante expedito”, comentó Muñoz, que fue lo que tenía planificado el equipo de trabajo del proyecto.
Sobre el proceso de impresión en 3D, Claudio Muñoz explica: “Tenemos que hacer todo el diseño arquitectónico, luego pasa a un código de programación robótico para que sea capaz de leerlo nuestro equipamiento industrial y se preparan mezclas cementicias apropiadas para que sean extruibles, es decir, que sean capaces de ser impresas y se va haciendo una deposición capa a capa hasta erguir la altura que nosotros trabajamos, que en este caso es de 2.20 metros”. Y agrega que se diseñó este sistema constructivo para que cumpla con todos los estándares sísmicos de nuestro país.
Muñoz señala que esta vivienda tiene 30 metros cuadrados de superficie, donde se distribuyó espacio para una cocina, un baño y un dormitorio. Además, el diseño de la Casa Semilla considera características sismorresistentes y de eficiencia energética. Para asegurar estos atributos, “el prototipo va a estar monitoreado un año con sensores para medir tanto el desplazamiento sísmico como el confort ambiental”, afirma.
Hablando de precios, Claudia asegura que la construcción será más barata que una vivienda tradicional, “sumando todos los costos, sería 35-40% más barato”. Sin embargo, agrega “esto es un prototipo, por lo tanto, tenemos que ser cuidadosos. Nosotros manejamos rangos de valor, pero estamos hablando de costos directos”.
Desde el área de arquitectura e ingeniería, Muñoz señala que el desafío es “pensar en un sistema constructivo innovador, automatizado e industrializado, el cual aporte tanto al déficit habitacional que tenemos como la calidad de edificación”. Y sostiene “avanzamos en calidad de vida porque esta casa mejora las condiciones de confort ambiental y de sustentabilidad”.
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