Chile y los fraudes alimentarios: "No es una práctica muy habitual pero sí hay productos susceptibles"

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De acuerdo a una investigación publicada por el Journal of Food Protection, donde se analizaron más de 15 mil casos de fraude alimentario desde 1980 al 2022, se reveló que existen ciertos alimentos que tienen una tendencia a ser adulterados.

Lo anterior, se conoce como fraude alimentario, es decir, cuando hay sustancias no declaradas en los productos. Esta práctica conlleva múltiples riesgos, sobre todo, cuando hay desconocimiento de parte del consumidor sobre posibles alérgenos en los alimentos.

En una nueva edición de Entrevista Bio Bio TV, se conversó con Carmen Gloria Yáñez, directora de Asistencia Técnica del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, quien en esta oportunidad abordo los riesgos y las recomendaciones para un consumo informado de alimentos.

¿Cómo se define un alimento adulterado?

“En Chile no tenemos una definición de fraude alimentario en el reglamento sanitario, sin embargo, hay una serie de otras definiciones que en el fondo nos acercan a ese concepto que es, por ejemplo, un alimento adulterado, que ha sido modificado con la intención de tener un beneficio económico”, explicó la experta.

En Chile, “no es una práctica muy habitual, por eso que no ha habido tantas como alarmas, sin embargo, sí hay alimentos susceptibles de fraude, por ejemplo, la leche, la miel y el vino, entre otros”, explicó.

Lo anterior se debe a que “Chile es un país exportador, por lo tanto, existen muchas pruebas para exportar nuestros alimentos al mundo, son muy estrictos y rigurosos en términos de seguridad alimentaria y trazabilidad”, sin embargo, el fraude “también existe”, enfatizó.

Precauciones antes de consumir

“Revisar la etiqueta es muy importante, sobre todo, que esté en español, el lugar donde se compra, la cadena de frío, que el envase no venga adulterado, por ejemplo, que las conservas no estén golpeadas, tienen que estar intactas, o abiertas o semiabiertas”, explicó.

Entonces, “desde el punto de vista de las personas que están en ciertas condiciones especiales, que son alérgicos al gluten, o son celíacos, por ejemplo, hay que tener precaución con comprar ese tipo de productos en un comercio informal”, sostuvo.

Te invitamos a revisar la entrevista completa en Bio Bio TV.

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De acuerdo a una investigación publicada por el Journal of Food Protection, donde se analizaron más de 15 mil casos de fraude alimentario desde 1980 al 2022, se reveló que existen ciertos alimentos que tienen una tendencia a ser adulterados.

Lo anterior, se conoce como fraude alimentario, es decir, cuando hay sustancias no declaradas en los productos. Esta práctica conlleva múltiples riesgos, sobre todo, cuando hay desconocimiento de parte del consumidor sobre posibles alérgenos en los alimentos.

En una nueva edición de Entrevista Bio Bio TV, se conversó con Carmen Gloria Yáñez, directora de Asistencia Técnica del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, quien en esta oportunidad abordo los riesgos y las recomendaciones para un consumo informado de alimentos.

¿Cómo se define un alimento adulterado?

“En Chile no tenemos una definición de fraude alimentario en el reglamento sanitario, sin embargo, hay una serie de otras definiciones que en el fondo nos acercan a ese concepto que es, por ejemplo, un alimento adulterado, que ha sido modificado con la intención de tener un beneficio económico”, explicó la experta.

En Chile, “no es una práctica muy habitual, por eso que no ha habido tantas como alarmas, sin embargo, sí hay alimentos susceptibles de fraude, por ejemplo, la leche, la miel y el vino, entre otros”, explicó.

Lo anterior se debe a que “Chile es un país exportador, por lo tanto, existen muchas pruebas para exportar nuestros alimentos al mundo, son muy estrictos y rigurosos en términos de seguridad alimentaria y trazabilidad”, sin embargo, el fraude “también existe”, enfatizó.

Precauciones antes de consumir

“Revisar la etiqueta es muy importante, sobre todo, que esté en español, el lugar donde se compra, la cadena de frío, que el envase no venga adulterado, por ejemplo, que las conservas no estén golpeadas, tienen que estar intactas, o abiertas o semiabiertas”, explicó.

Entonces, “desde el punto de vista de las personas que están en ciertas condiciones especiales, que son alérgicos al gluten, o son celíacos, por ejemplo, hay que tener precaución con comprar ese tipo de productos en un comercio informal”, sostuvo.

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