La municipalidad de Las Condes tomó la determinación de prohibir y regular el uso de celulares al interior de las salas de clases a modo de mejorar el rendimiento académico a través de la eliminación de estos dispositivos distractores.
La medida se aplicó en siete colegios y comenzó a regir el pasado 8 de julio por medio de una marcha blanca, que levantó tanto críticas como elogios dentro de la comunidad educativa y el panel de expertos vinculados al área.
En una nueva edición de Entrevista Bio Bio TV, se conversó con Sebastián Ortiz, docente de la Universidad Santa María de Valparaíso y coautor del libro “Los niños y la web”, quien en esta oportunidad abordó el uso de pantalla a temprana edad y sus consecuencias en el aprendizaje.
Las ventanas de aprendizaje
“Hay organismos internacionales como la UNICEF o la Organización Mundial de la Salud que han advertido sobre los riesgos de la exposición temprana de niños y adolescentes, por un lado, desde el punto de vista del desarrollo cognitivo y, por otro lado, desde el punto de vista de la exposición a los contenidos que hay en la misma web”, comentó Ortiz.
“El lenguaje tiene una ventana de aprendizaje que es más o menos desde los cero hasta los dos o tres años, cuando le entregamos una pantalla a un niño muy pequeño estamos impidiendo que ellos tengan la oportunidad de desarrollarse”, y agregó que, “creo que esto es fruto de la ignorancia y el desconocimiento”.
“La diferencia entre un celular y la televisión tiene relación con la disposición del contenido, en donde, en el primero existe un motor de recomendación que llamamos algoritmo, que fomenta un mayor consumo” y que impide el aburrimiento, que es clave para que un niño “desarrolle su imaginación y otras habilidades”, destacó.
La importancia de lo anterior tiene relación con que “una vez que se cierran las ventanas de aprendizaje, después es muy difícil adquirir las herramientas que no se obtuvieron en ese momento”, enfatizó.
Adicción a las pantallas
“La tecnología de los celulares es activa, no solamente te permite conversar con otras personas, sino que también guarda nuestros intereses, por lo que es mucho más difícil salir de esa burbuja una vez que entras”, comentó.
En este sentido, “la tecnología en los celulares se ha estructurado de tal manera que entrega shocks de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer”, entonces, “aunque suene extraño, hay muchos niños que, sin darnos cuenta, se empiezan a ser adictos a estos shocks de dopamina y, por ejemplo, hacen rabietas si uno les quita el teléfono”, sostuvo.
Por otro lado, “aquí también podemos mencionar el tema del ciberacoso, que hoy en día es mucho más duro porque el bulling los persigue literalmente hasta la cama, porque están conectados todo el día”, agregó.
Incluso, “hay algunos estudios que ya han ligado el hecho de que las generaciones actuales tengan mayores niveles de ansiedad con el uso prolongado de pantallas, y el vínculo con la inmediatez”, enfatizó.
Te invitamos a revisar la entrevista completa en Bio Bio TV.