Un día como hoy, 10 de enero, pero hace 162 años atrás, se inauguró el famoso metro de Londres.
El primer tren subterráneo del mundo
Londres hizo historia al inaugurar este tren subterráneo, un proyecto que había sido concebido casi dos décadas antes por Charles Pearson, procurador de la Corporación de la Ciudad de Londres. En un contexto de rápida urbanización, donde la población de la capital británica creció de un millón a dos millones y medio en solo 50 años, la ciudad enfrentaba un grave problema de congestión. Las calles no podían soportar el aumento del tráfico, y los obreros, que no podían costear el transporte en ómnibus, se veían obligados a vivir cerca de sus trabajos, lo que resultaba en condiciones de hacinamiento.
A pesar de la resistencia inicial del Parlamento, que recibió las propuestas de Pearson con risas y escepticismo, la situación se volvió insostenible. En 1855, la necesidad de una solución se hizo evidente, ya que 200,000 personas hacían cola diariamente para ingresar a la City. Así nació la Metropolitan Railway, que más tarde se conocería como el Metro. Sin embargo, la construcción no fue sencilla; se enfrentaron a desafíos financieros y técnicos, y los trabajos comenzaron cinco años después de la aprobación del proyecto. La ruta inicial, de Paddington a Farringdon, fue diseñada para evitar los barrios acomodados, lo que resultó en el desalojo de más de mil viviendas y 12,000 personas.
Finalmente, a las 6 de la mañana del 10 de enero, una multitud ansiosa se reunió en los andenes para experimentar el nuevo medio de transporte. En su primer día, 40,000 pasajeros utilizaron el metro, aunque la compañía tuvo que detener la venta de boletos debido a la falta de vagones. Apodado burlonamente “Drain” (drenaje), el Metro de Londres transportó más de 9 millones de pasajeros en su primer año, utilizando locomotoras de vapor que, aunque eficientes, generaban grandes cantidades de humo.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta los detalles de este acontecimiento histórico.