Un día como hoy, 15 de diciembre, pero hace 133 años atrás, en Estados Unidos, el profesor de educación física James Naismith dio vida al baloncesto, un deporte que hoy en día es uno de los más populares del mundo.
De la teología al Salón de la Fama
Naismith, nacido el 6 de noviembre de 1861 en Almonte, Ontario, Canadá, enfrentó una infancia difícil tras la muerte de sus padres en 1870, lo que lo llevó a vivir con su abuela y un tío. A pesar de las adversidades, Naismith se destacó en sus estudios y en el deporte, convirtiéndose en un atleta destacado en la Universidad McGill de Montreal, donde decidió estudiar teología.
Después de obtener su título en teología, Naismith se unió a la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) como profesor de educación física en Springfield, Massachusetts. Durante su tiempo en Springfield, Naismith hizo importantes contribuciones al fútbol americano, incluyendo la creación del primer casco protector. Sin embargo, su mayor legado surgió de la necesidad de encontrar una actividad deportiva que pudiera practicarse bajo techo durante los duros inviernos del noreste de Estados Unidos, cuando los deportes al aire libre eran inviables.
Ante este desafío, Naismith ideó un juego de pelota que pudiera ser entretenido y seguro para los jóvenes atletas. Utilizando cajas como objetivos y cestas de duraznos colgadas en el gimnasio, estableció las bases del baloncesto. El 15 de diciembre de 1891, Naismith redactó las 13 reglas originales del nuevo deporte. Posteriormente, se trasladó a la Universidad de Denver, donde continuó desarrollando el baloncesto y formando jugadores que contribuirían a su difusión.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta los detalles de este acontecimiento histórico.