Un día como hoy, pero en 1965, murió el escritor, historiador y crítico literario Ricardo Latcham Alfaro, quien fue sumamente importante en el mundo de las letras hispanoamericanas.
Nació en 1903, en La Serena, y sus primeros estudios fueron realizados en el Instituto de Humanidades y en el Instituto Nacional. Finalmente, terminó su educación de forma privada, en el año 1919.
Asimismo, en el año 1919 publicó por primera vez sus crónicas, en un diario de La Serena llamado “El Chileno”. No obstante, su carrera como crítico literario inició en la revista Católica, trabajo que se mantuvo haciendo por 40 años, tanto para medios chilenos como extranjeros.
En 1925, publicó “Escalpelo”, un libro con ensayos. Entre sus obras también se encuentran: “Vidas ardientes” y “Chuquicamata, Estado Yankee”.
En 1927, Latcham se fue a Europa, exiliado, después de haberse declarado opositor de la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Allí estudió Literatura Castellana e Historia Medieval.
Dos años más tarde, volvió a Chile, y luego, en 1931, comenzó a trabajar en el instituto pedagógico de la Universidad de Chile, en la que se desempeñó, tiempo después, como decano de la facultad de filosofía y educación.
En 1933, Latcham participó en la fundación del partido socialista, llevando a cabo, desde entonces, una intensa actividad política. También hizo clases de historia y economía en la federación juvenil socialista y colaboró en la revista consigna del mismo partido.
Observando su intensa actividad política:
En 1935, lo eligieron Regidor por Santiago, además, para el periodo 1937-1941, fue elegido diputado. Seguidamente, entre los años 1941 y 1948, se desempeñó como diplomático, y luego, en 1948, fue delegado de Chile ante la novena conferencia americana de Bogotá. Fue embajador de Chile desde 1959 hasta 1963, y en 1963, fue jefe de relaciones culturales del ministerio de relaciones exteriores.
Volviendo a la literatura:
No obstante, Ricardo Latcham, poco a poco, regresó a la literatura, docencia e investigación literaria. Participó activamente en diversas instituciones literarias, llegando a dirigir el Pen Club y la sociedad de escritores de Chile. Además, fue miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua.
En 1965, fue invitado por la Universidad de la Habana para formar parte del jurado, cuyo trabajo era discernir los premios de la casa de las américas. Para realizar la labor, viajó a Cuba, y allí, sorpresivamente, murió el 25 de enero.
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