Efemérides: El 9 de noviembre de 1917 se estrenó en Argentina la primera película animada

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La primera película animada de la historia se estrenó en Argentina el 9 de noviembre de 1917.

Se trata del Apóstol de Quirino Cristiani, una sátira política sobre el entonces presidente de la nación Hipólito Yrigoyen.

Guirino Cristiani había nacido en Italia el 2 de julio de 1896 y llegó a Argentina con solo 4 años de edad durante 1900. Desde pequeño tuvo inclinación por el dibujo y estudio en la Academia de Bellas Artes.

En su juventud comienza a trabajar como caricaturista de sátira política en diarios y revistas trasandinas. En 1916 su labor atrae la atención de Federico Valle, un importante productor de noticieros cinematográficos que lo convoca para ilustrar el epilogo de sus cortos de actualidad semanal en los cines.

El artista comenzó a experimentar y dibujó personajes sobre cartón, que recortó y separó sus articulaciones configurando una especie de marioneta. De esa forma, logro que pudiesen moverse y caminar.

Los cortos tuvieron tanto éxito que Valle y Cristiani se propusieron realizar una película de mayor duración y así surgió El Apóstol. Era un largometraje de dibujos animados que llegó a los cines 20 años antes que Blanca Nieve y los 7 Enanitos.

La pieza tenía como protagonista al presidente Yrigoyen, que se presentaba como un apóstol que el pueblo no quería y entonces subía al olimpo y le pedía a Júpiter rayos de la destrucción para castigar a Buenos Aires.

Para esa película de mas de una hora de duración no solo se usaron 58 mil dibujos si no también maquetas tridimensionales de los edificios más emblemáticos de la capital argentina que luego serían destruidas por fuego como parte del argumento.

La realización demoró un año y Cristiani construyó una máquina con manivelas, pedales, poleas y una cámara fotográfica colocada de manera cenital que luego patentó.

Los personajes fueron diseñados por el dibujante de historietas Diógenes El Mono Taborda y contó con la participación del arquitecto Andrés Duco quien realizó la maqueta de edificios.

El año 1941 Walt Disney visitó Argentina y conoció a Quirino y le ofreció un trabajo que el argentino rechazó, además quedó asombrado al saber que había realizado solo toda la labor de animación en la película.

Para los años siguientes, Cristiani realiza cortos satíricos y publicitarios y funda su laboratorio de procesado cinematográfico hasta que en 1929 comienza la producción de su segundo largometraje animado y el primero con sonido de la historia.

Este nuevo trabajo fue llamado Peludópolis y tuvo como protagonista al presidente Yrigoyen a quien apodaban “el peludo” pero en 1930 un Golpe de Estado derrocó al gobierno y la realidad obligó a Cristiani a modificar el argumento.

Lamentablemente hubo dos incendios en 1957 y 1961 que destruyeron todas las películas de Cristiani con las únicas excepciones de El mono relojero, Los que ligan y Firpo-Dempsey, que se conservan en la actualidad.

Tras el siniestro Cristiani se retiró hasta que a principios de los años 80 se le rindió homenaje tanto en Argentina como en Italia. Guirino falleció en Bernal el 2 de agosto de 1984.

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La primera película animada de la historia se estrenó en Argentina el 9 de noviembre de 1917.

Se trata del Apóstol de Quirino Cristiani, una sátira política sobre el entonces presidente de la nación Hipólito Yrigoyen.

Guirino Cristiani había nacido en Italia el 2 de julio de 1896 y llegó a Argentina con solo 4 años de edad durante 1900. Desde pequeño tuvo inclinación por el dibujo y estudio en la Academia de Bellas Artes.

En su juventud comienza a trabajar como caricaturista de sátira política en diarios y revistas trasandinas. En 1916 su labor atrae la atención de Federico Valle, un importante productor de noticieros cinematográficos que lo convoca para ilustrar el epilogo de sus cortos de actualidad semanal en los cines.

El artista comenzó a experimentar y dibujó personajes sobre cartón, que recortó y separó sus articulaciones configurando una especie de marioneta. De esa forma, logro que pudiesen moverse y caminar.

Los cortos tuvieron tanto éxito que Valle y Cristiani se propusieron realizar una película de mayor duración y así surgió El Apóstol. Era un largometraje de dibujos animados que llegó a los cines 20 años antes que Blanca Nieve y los 7 Enanitos.

La pieza tenía como protagonista al presidente Yrigoyen, que se presentaba como un apóstol que el pueblo no quería y entonces subía al olimpo y le pedía a Júpiter rayos de la destrucción para castigar a Buenos Aires.

Para esa película de mas de una hora de duración no solo se usaron 58 mil dibujos si no también maquetas tridimensionales de los edificios más emblemáticos de la capital argentina que luego serían destruidas por fuego como parte del argumento.

La realización demoró un año y Cristiani construyó una máquina con manivelas, pedales, poleas y una cámara fotográfica colocada de manera cenital que luego patentó.

Los personajes fueron diseñados por el dibujante de historietas Diógenes El Mono Taborda y contó con la participación del arquitecto Andrés Duco quien realizó la maqueta de edificios.

El año 1941 Walt Disney visitó Argentina y conoció a Quirino y le ofreció un trabajo que el argentino rechazó, además quedó asombrado al saber que había realizado solo toda la labor de animación en la película.

Para los años siguientes, Cristiani realiza cortos satíricos y publicitarios y funda su laboratorio de procesado cinematográfico hasta que en 1929 comienza la producción de su segundo largometraje animado y el primero con sonido de la historia.

Este nuevo trabajo fue llamado Peludópolis y tuvo como protagonista al presidente Yrigoyen a quien apodaban “el peludo” pero en 1930 un Golpe de Estado derrocó al gobierno y la realidad obligó a Cristiani a modificar el argumento.

Lamentablemente hubo dos incendios en 1957 y 1961 que destruyeron todas las películas de Cristiani con las únicas excepciones de El mono relojero, Los que ligan y Firpo-Dempsey, que se conservan en la actualidad.

Tras el siniestro Cristiani se retiró hasta que a principios de los años 80 se le rindió homenaje tanto en Argentina como en Italia. Guirino falleció en Bernal el 2 de agosto de 1984.