“Existen los recuerdos falsos; de algún modo todos los son. Porque la memoria es un acontecimiento y no una reproducción”.
“Dar por sentado que existe la realidad —aquel artefacto que permite levantarse en las mañanas sin pánico a morir y que obliga a detenerse en los semáforos— es un error. La realidad es un consenso con el espesor de una tela de cebolla”.
Estas son algunas de las provocativas reflexiones que circulan por el que sea quizás uno de los libros más potentes editados este año: “Nostalgia del Desastre. Variaciones sobre el odio, el aburrimiento y la ternura” (Seix Barral), de la psicoanalista y escritora Constanza Michelson.
Se trata de un texto brillante en el que Constanza comparte con generosidad y lucidez dolorosas experiencias muy personales, que describe en relatos que entrelaza con la historia de su país, nuestro país, y otros momentos y geografías.
En una imperdible conversación con Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra en el programa “Del Fin del Mundo”, de TV BioBio, Constanza abordó algunas de estas profundas temáticas, que nos interpelan a todos.
Como “el asunto de la verdad y el del lenguaje de guerra, que no necesariamente es el de la guerra bélica; es el lenguaje de las redes sociales, a veces también en nuestra profesión, en los diagnósticos; en las categorías que generalizan. Ese es un lenguaje de guerra: luego no hay personas, no hay singularidades, no hay una complejidad de la verdad. Porque todos tienen su verdad; cuando uno busca la verdad no puede odiar tanto porque el odio es también una lengua que generaliza. (…) Y no se puede porque cuando uno empieza a tirar del hilo, uno se da cuenta que el puzzle es bastante más complejo”.
Porque, como afirma en su libro, “para comprender una época y lo que somos en ella, no basta escuchar lo que hablamos, sino cómo hablamos”.