Causa y Efecto: el desafío de Santiago para recuperar espacios perdidos ante la delincuencia

04 de diciembre | 18:57
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La situación del centro de Santiago ha generado un debate sobre la necesidad de revitalizar sus espacios públicos y mejorar la seguridad. Es fundamental entender que el cuidado de estos lugares no es solo responsabilidad de los municipios, sino de todos los ciudadanos. 

La colaboración colectiva es esencial para mejorar la calidad de vida en la ciudad.

En este ámbito, que se realice en el Palacio Bellas Artes la Cena Anual de la Industria, en pleno Santiago y no en el sector oriente, es una buena señal. 

Esto porque la recuperación de los espacios degradados permite no dejárselos a la delincuencia

La percepción de inseguridad en los lugares resuena en la experiencia de muchos y no es algo exclusivo de la capital. 

Por ejemplo, en Temuco, el centro se vuelve peligroso al caer la noche, y en Concepción, la falta de actividad en el centro es evidente, con pocos locales abiertos y un ambiente que se siente hostil.
 
Esta realidad ha llevado a una migración de personas hacia áreas consideradas más seguras, lo que refleja una degradación en la calidad de los espacios urbanos.

Degradación de espacios da paso a la delincuencia

La recuperación del comercio local es otro aspecto crucial. Combatir el comercio ambulante se presenta como una necesidad para garantizar una competencia justa para los comerciantes establecidos.

La seguridad en los espacios públicos es un requisito indispensable para su uso. Sin un mínimo de seguridad, estos lugares no pueden ser disfrutados por la comunidad. 

La recuperación de estos espacios no es una tarea sencilla; requiere un esfuerzo persistente a largo plazo.

No se trata solo de pintar y embellecer, sino de asumir una lógica de mantenimiento constante. La decisión de recuperar el centro debe ser clara y firme, y es un esfuerzo que debe ser sostenido en el tiempo.

Revisa aquí el análisis de Nibaldo Mosciatti y Néstor Aburto, en Causa y Efecto.

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La situación del centro de Santiago ha generado un debate sobre la necesidad de revitalizar sus espacios públicos y mejorar la seguridad. Es fundamental entender que el cuidado de estos lugares no es solo responsabilidad de los municipios, sino de todos los ciudadanos. 

La colaboración colectiva es esencial para mejorar la calidad de vida en la ciudad.

En este ámbito, que se realice en el Palacio Bellas Artes la Cena Anual de la Industria, en pleno Santiago y no en el sector oriente, es una buena señal. 

Esto porque la recuperación de los espacios degradados permite no dejárselos a la delincuencia

La percepción de inseguridad en los lugares resuena en la experiencia de muchos y no es algo exclusivo de la capital. 

Por ejemplo, en Temuco, el centro se vuelve peligroso al caer la noche, y en Concepción, la falta de actividad en el centro es evidente, con pocos locales abiertos y un ambiente que se siente hostil.
 
Esta realidad ha llevado a una migración de personas hacia áreas consideradas más seguras, lo que refleja una degradación en la calidad de los espacios urbanos.

Degradación de espacios da paso a la delincuencia

La recuperación del comercio local es otro aspecto crucial. Combatir el comercio ambulante se presenta como una necesidad para garantizar una competencia justa para los comerciantes establecidos.

La seguridad en los espacios públicos es un requisito indispensable para su uso. Sin un mínimo de seguridad, estos lugares no pueden ser disfrutados por la comunidad. 

La recuperación de estos espacios no es una tarea sencilla; requiere un esfuerzo persistente a largo plazo.

No se trata solo de pintar y embellecer, sino de asumir una lógica de mantenimiento constante. La decisión de recuperar el centro debe ser clara y firme, y es un esfuerzo que debe ser sostenido en el tiempo.

Revisa aquí el análisis de Nibaldo Mosciatti y Néstor Aburto, en Causa y Efecto.