Si bien la expresidenta no es candidata a nada, ha logrado remecer a la oposición al participar en diversos eventos y actividades durante estos días.
A veces, la lectura de la política no se da en función de lo explícito, sino de los gestos, muecas, morisquetas o risas.
Resulta que en esta semana, la UDI se puso nerviosa. Lo anterior debido al despliegue de Michelle Bachelet, que en realidad no es candidata a nada e incluso estableció que “anda en otra”.
No obstante, buena parte del oficialismo piensa que la expresidenta podría ser una buena carta presidencial. Además, en la última edición de la encuesta Plaza Pública de Cadem, alcanzó a José Antonio Kast y ambos se posicionaron en el segundo puesto de intención de voto.
Este miércoles, se dio a conocer que desde el gremialismo presentarán un oficio ante la Contraloría General de la República (CGR) vinculado a Bachelet, por eventual intervencionismo electoral.
La presencia de la exmandataria en diversos eventos y actividades oficiales junto a alcaldes de izquierda, sin duda, remeció a la actual oposición. Esto deja en evidencia la notable figura que aún representa la política del PS. Es, ciertamente, una especie de talismán.
Por un lado, esta situación potencia todavía más el fenómeno, pero a la vez, constituye una dificultad para que otros rostros, como por ejemplo Carolina Tohá, puedan surgir.
Lo cierto es que probablemente el nombre de la exjefa de Estado seguirá dando vueltas y posiblemente se van a generar declaraciones cruzadas y polémicas.
Adicionalmente, se ha hablado acerca del tema de la Secretaría General de las Naciones Unidas, cuya nominación se llevará a cabo el próximo año. Si gana Donald Trump en Estados Unidos, se especula con la capacidad de veto que podría tener y si podría producirse el “bloqueo” de ciertos personajes.