Causa y Efecto: Masacre en Quilicura agudiza miedo y preocupación por seguridad en Chile

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Tras un fin de semana en que se registraron varios asesinatos en distintos puntos del país, la crisis se torna cada vez más compleja.

El fin de semana recién pasado ocurrieron una serie de hechos violentos, que dejaron lamentables cifras. Uno de los eventos que que generó mayor impacto fue el de la comuna de Quilicura, en donde cuatro adolescentes fallecieron producto de una ráfaga de disparos.

Si bien aún se están investigando las circunstancias en las que sucedió, se baraja la teoría de que podría haberse tratado de disputa territorial entre bandas de la zona.

La Ministra Vallejo, al ser consultada por este tema, expresó que “nosotros tenemos grandes desafío en seguridad”, añadiendo que sin embargo, “no estamos al nivel que están nuestros países vecinos“. Esto no tardó en generar una importante polémica.

Si bien vivimos en una región que tiene mayores índices de delitos violentos, sería bueno poder compararnos con nosotros mismos para entender cómo ha cambiado el panorama. En 2018, la tasa de homicidios en Chile era de 4,5 por cada 100 mil habitantes y en 2023 subió a 6,3.

La crisis de seguridad se ha convertido en uno de los temas que más preocupan a la ciudadanía. En nuestro país, hemos caído a una deriva en esta materia y cada vez se hace más evidente.

Todo esto va de la mano con el incremento del narcotráfico, el lavado de activos, la corrupción y otros asuntos que están ligados a la gigantesca industria que se ha establecido.

Importación de grupos criminales

La violencia y nuevos modelos delictivos que se han importado e instalado producto de la llegada de un sector de los migrantes, se ha hecho cada día más presente en las calles. No obstante también se ha tomado otros espacios, como por ejemplo, las cárceles.

Los grupos criminales vieron en nuestro territorio una buena oportunidad para poder llevar a cabo las actividades ilícitas que pretendían. Una serie de factores lo facilitaron, tales como fronteras vulnerables y acceso a cuentas bancarias, puertos con baja fiscalización, etc.

Ahora bien, el mundo político la logrado coincidir en una agenda de seguridad que va avanzando. El problema es que la promulgación de leyes por sí sola no pondrá freno a lo que se está viviendo. El asunto relevante es cómo se implementan, cómo se fiscalizan y qué nivel de eficiencia tienen.

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Tras un fin de semana en que se registraron varios asesinatos en distintos puntos del país, la crisis se torna cada vez más compleja.

El fin de semana recién pasado ocurrieron una serie de hechos violentos, que dejaron lamentables cifras. Uno de los eventos que que generó mayor impacto fue el de la comuna de Quilicura, en donde cuatro adolescentes fallecieron producto de una ráfaga de disparos.

Si bien aún se están investigando las circunstancias en las que sucedió, se baraja la teoría de que podría haberse tratado de disputa territorial entre bandas de la zona.

La Ministra Vallejo, al ser consultada por este tema, expresó que “nosotros tenemos grandes desafío en seguridad”, añadiendo que sin embargo, “no estamos al nivel que están nuestros países vecinos“. Esto no tardó en generar una importante polémica.

Si bien vivimos en una región que tiene mayores índices de delitos violentos, sería bueno poder compararnos con nosotros mismos para entender cómo ha cambiado el panorama. En 2018, la tasa de homicidios en Chile era de 4,5 por cada 100 mil habitantes y en 2023 subió a 6,3.

La crisis de seguridad se ha convertido en uno de los temas que más preocupan a la ciudadanía. En nuestro país, hemos caído a una deriva en esta materia y cada vez se hace más evidente.

Todo esto va de la mano con el incremento del narcotráfico, el lavado de activos, la corrupción y otros asuntos que están ligados a la gigantesca industria que se ha establecido.

Importación de grupos criminales

La violencia y nuevos modelos delictivos que se han importado e instalado producto de la llegada de un sector de los migrantes, se ha hecho cada día más presente en las calles. No obstante también se ha tomado otros espacios, como por ejemplo, las cárceles.

Los grupos criminales vieron en nuestro territorio una buena oportunidad para poder llevar a cabo las actividades ilícitas que pretendían. Una serie de factores lo facilitaron, tales como fronteras vulnerables y acceso a cuentas bancarias, puertos con baja fiscalización, etc.

Ahora bien, el mundo político la logrado coincidir en una agenda de seguridad que va avanzando. El problema es que la promulgación de leyes por sí sola no pondrá freno a lo que se está viviendo. El asunto relevante es cómo se implementan, cómo se fiscalizan y qué nivel de eficiencia tienen.