Tupac Amaru II lideró una insurrección contra la crueldad de los colonizadores
Nació en Surimaná departamento del Cuzco, descendiente de los incas y de la realeza del pueblo andino que conquistó largos territorios de América. Al ser criollo obtuvo una educación privilegiada, en un colegio jesuita y era propietario de cocales en distintos lugares del Perú.
También, era dueño de 350 mulas que transportaban minerales a Potosí ganándose el apodo de “Curaca Arriero”. Dominaba el quechua, castellano y latín, prefiriendo su ascendencia española al considerar su condición de privilegio.
Sin embargo no está claro el momento de su transición personal cuando comenzó a usar vestimentas incas y renegar del sistema español, logrando ser excomulgado por la iglesia por ello.
El año 1776 pidió formalmente que se le otorgara un título de nobleza para que se terminaran los abusos contra los indígenas de su tierra, y al ser renegada su solicitud por la audiencia de Lima, tomó medidas radicales liderando una insurrección popular por todo el país.
Exigiendo poner fin a los impuestos excesivos y el trato cruel hacia su pueblo, Tupac Amaru II derrotó a un batallón enviado a reprimir su causa. Dirigiéndose a Cuzco para continuar con su cometido, fue rechazado por los españoles en las inmediaciones de la ciudad.
El Virrey utilizó un enorme ejército de 17 mil hombres al tiempo que trataba de desalentar la causa creando una sala especial para limitar el poder de los corregidores. La rebelión de Tupac Amaru fue derrotada en abril de 1781, siendo su líder traicionado por el mestizo Francisco Santa Cruz.
Lo que siguió para él fue brutal: ese 18 de mayo de 1781, fue obligado a presenciar el asesinato de toda su familia, y luego de sus aliados y sus amigos.
Murieron su esposa y sus dos hijos, y luego lo descuartizaron haciendo uso de sus caballos. Ordenaron su decapitación y sus restos enviados a los distintos puntos del antiguo imperio Inca, un día como hoy el año 1781.