El 4 de mayo de 1494 Cristóbal Colón descubrió Jamaica, que en ese entonces llamó isla Santiago. Todo sucedió durante su segundo viaje a América.
Antes de ese descubrimiento la isla fue ocupada por varias tribus del Caribe. Los últimos habitantes nativos fueron los arahuacos, que habían llegado desde Guyana.
El nombre Jamaica proviene del lenguaje arahuaco, ellos la habían denominado “Xaymaca”, que quiere decir “tierra de primaveras”.
Jamaica está registrada con ese nombre desde el año 1511, bajo el argumento de que en las primeras crónicas encontradas de algunos españoles tendían a sustituir la X por la J.
De los indígenas arahuacos también se puede decir que les gustaba fumar. De hecho, la palabra tabaco proviene de su dialecto.
Con el término tabaco identificaban sus pipas, las cuales eran elaboradas con un tubo de caña en forma de Y que se insertaba en los dos orificios de la nariz en forma directa.
Del arahuacano son también los siguientes términos: huracán, colibrí, hamaca, caníbal, caimán, tiburón y canoa.
Cuenta Roselly de Lorgues en su Historia de Colón y sus viajes: “Al día siguiente continuó el virrey con rumbo al oeste de la vista de la costa, venía desde Cuba. Sus buques iban seguidos de multitudes de indígenas en canoas que les ofrecían frutas, pan de cazabe, pescado y calabazas.
El almirante les repartió cascabeles y campanillas que estimaban en mucho precio. Al romper el alba, divisó Colón las azuladas crestas de las altas montañas de Jamaica.
La isla le pareció de maravillosa hermosura, pero al acercarse a la orilla una escuadra de grandes canoas de guerra tripuladas por combatientes pintados de colores a las órdenes de un jefe, blandiendo sus armas y lanzando gritos de amenaza, salió de las sombrías ensenadas para oponerse al desembarco.
Sin embargo, algunos regalos calmaron sus bríos. Se echó el ancla en un puerto al que el almirante puso Santa Gloria. Hoy es la Bahía del Descubrimiento o Bahía Santa Ana.
Otro grupo de indígenas quiso impedirles la entrada, pero Colón entonces envió varios botes a la costa llenos de gente bien armada. Ellos remaron junto a la orilla e hicieron una descarga de flechas, con las que hirieron a muchos indígenas. Luego, se lanzaron a tierra poniendo en fuga al resto con otro disparo de flechas y soltándoles un perro que los persiguió con sanguinaria furia”.
Ese fue el primer ejemplo del uso de los perros contra los nativos, imitado después con cruel efecto por los españoles en las guerras.
Colón desembarcó y tomó posición de la isla, le dio el nombre de isla Santiago. Al puerto por su comodidad lo llamó Puerto Bueno, era de forma de herradura y corría cerca de él un río.