En el Hospital Salvador, en Santiago, el 4 de febrero del año 1973 falleció el compositor y cantante Rolando Alarcón, mientras era intervenido quirúrgicamente debido a un paro cardíaco.
Rolando Alarcón era hijo de una maestra y de un minero.
Había nacido en Santiago en 1929, sin embargo, vivió su infancia y parte de su juventud en Chillán donde estudió guitarra y piano.
Se inclinó a seguir los pasos de su madre y para la década de los 50 titulado como profesor, llegó a Santiago donde hizo clases en escuelas y liceos públicos.
Su carrera artística comenzó en 1955. Como resultado de una de las veraniegas Escuelas de Temporada que dictaba Margot Loyola en la Universidad de Chile, nació el conjunto folclórico Cuncumén, fue su director artístico.
Ocupó el cargo durante siete años, tiempo en el que el grupo folclórico hizo extensas giras por Chile y Europa, y grabó tres discos consolidándose como uno de los principales grupos folclóricos de Chile.
Luego de su salida, Alarcón formó un dúo con Silvia Urbina con quien grabó un sencillo de canciones rusas y un medio LP.
Al regreso se integraron al elenco de la Pérgola de las flores para una gira a México, viaje en el que Alarcón compuso uno de sus clásicos “Si somos americanos”.
Entre sus composiciones destacó “A dónde van los soldados” una canción controvertida por su contenido antimilitarista.
Además escribió canciones de compromiso social y otras ligadas a la tradición chilena.
En 1966 participó por primera vez en el Festival de Viña del Mar y alcanzó el tercer lugar con “Niña sube a la lancha” que fue interpretada por Pedro Messone.
Consiguió una mención honrosa en 1969 en el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena con “Canción de Juan Pobre”.
En 1970 obtuvo el primer lugar en género folclórico del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, junto al dúo Los Emigrantes con la canción “El hombre” y participó en el Festival de Cosquín de 1971.
Alarcón mantenía activa su carrera en los estudios de grabación, en 1968 registró “Canciones de la guerra civil española” y con ese álbum inauguró su propio sello discográfico “Tiempo”.
Desde 1965 fue uno de los artistas permanentes de la Peña de los Parra.
Fue un decidido activista de la campaña que llevaría a Salvador Allende y la Unidad Popular al poder.