Berlín, ciudad histórica

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Berlín es una de las ciudades más maravillosas del mundo y cuenta con una historia relativamente larga, apasionante y llena de logros y contradicciones. Fue la capital del Imperio, el famoso Reich, y hoy lo es de Alemania. Ahí en Berlín se terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa, pues era el lugar donde Adolf Hitler tenía instalado su Búnker; la ciudad fue un símbolo de la división de Alemania y de la Guerra Fría, cuya manifestación más visible fue el Muro de Berlín, que literalmente partió la ciudad y a las dos Alemanias desde 1961. Finalmente, la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 puso fin a una época y contribuyó a dar de nuevo una dimensión universal a la ciudad, donde se encuentran restos de las guerras mundiales y de la época del Muro, el Museo del Holocausto y otros tantos lugares que son símbolos de la cultura, de la historia y del desarrollo de la Humanidad.

El Imperio Alemán se había proclamado el 18 de enero de 1871, tras la victoria en la Guerra Franco-Prusiana. Las figuras fundamentales del régimen llegarían a ser, en diferentes momentos, el emperador Guillermo II, el Kaiser, y el canciller Bismark, quienes tuvieron algunos enfrentamientos. En el plano político, aquella época vio nacer el moderno Estado de Bienestar, con leyes sociales, así como nuevas corrientes políticas, entre las que destacó la socialdemocracia, que se consolidaría en el cambio de siglo. Paralelamente, Alemania fue un país que disfrutó las ventajas del crecimiento económico y el mejoramiento en la calidad de vida de la población, si bien todavía existían muchos bolsones de pobreza.

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Berlín es una de las ciudades más maravillosas del mundo y cuenta con una historia relativamente larga, apasionante y llena de logros y contradicciones. Fue la capital del Imperio, el famoso Reich, y hoy lo es de Alemania. Ahí en Berlín se terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa, pues era el lugar donde Adolf Hitler tenía instalado su Búnker; la ciudad fue un símbolo de la división de Alemania y de la Guerra Fría, cuya manifestación más visible fue el Muro de Berlín, que literalmente partió la ciudad y a las dos Alemanias desde 1961. Finalmente, la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 puso fin a una época y contribuyó a dar de nuevo una dimensión universal a la ciudad, donde se encuentran restos de las guerras mundiales y de la época del Muro, el Museo del Holocausto y otros tantos lugares que son símbolos de la cultura, de la historia y del desarrollo de la Humanidad.

El Imperio Alemán se había proclamado el 18 de enero de 1871, tras la victoria en la Guerra Franco-Prusiana. Las figuras fundamentales del régimen llegarían a ser, en diferentes momentos, el emperador Guillermo II, el Kaiser, y el canciller Bismark, quienes tuvieron algunos enfrentamientos. En el plano político, aquella época vio nacer el moderno Estado de Bienestar, con leyes sociales, así como nuevas corrientes políticas, entre las que destacó la socialdemocracia, que se consolidaría en el cambio de siglo. Paralelamente, Alemania fue un país que disfrutó las ventajas del crecimiento económico y el mejoramiento en la calidad de vida de la población, si bien todavía existían muchos bolsones de pobreza.