La infancia de un escritor. El ruso Maxim Gorki

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Por Alejandro San Francisco
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En materia literaria, es posible tener los gustos más diversos: en autores, en libros preferidos, en tendencias o formas de aproximarse a los diferentes temas y obras. Sin embargo, me parece que es justo decir que la literatura rusa tiene un lugar muy bien ganado entre las mejores expresiones literarias del mundo. Así lo muestran Tolstoi y Dostoievski en el siglo XIX, o Pasternak y Solzhenitsyn en el siglo XX, entre muchas otras figuras que se podrían mencionar.
En ese canon aparece Maksim Gorki. Escritor nacido en 1868 en Rusia, y que falleció en 1936 en la Unión Soviética, casi dos décadas después del triunfo de la Revolución Bolchevique. Él mismo había sido un detractor del régimen de los zares –de hecho sufrió la cárcel y el exilio en aquellos años– y mantuvo amistad con Lenin, el líder revolucionario, así como con diversos escritores, como Tolstoi y Chejov. A fines del siglo XIX comenzó a escribir y cuenta con numerosos libros en forma de novelas, obras de teatro, memorias y cuentos.
Los primeros años de Gorki fueron difíciles y dolorosos. Él mismo conservaría un tono triste y amargo en sus obras y en su vida. Su libro La infancia (de 1913-1914, que tiene una edición en Madrid, Editorial Automática, 2012), comienza precisamente con un recuerdo que afectó a su familia: “yace mi padre cuan largo es y vestido de blanco”. Su madre le dijo entonces: “Despídete de tu papá, nunca más volverás a verlo, ha muerto el pobre, antes de tiempo, antes de que llegase su hora…” (p. 15).

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En materia literaria, es posible tener los gustos más diversos: en autores, en libros preferidos, en tendencias o formas de aproximarse a los diferentes temas y obras. Sin embargo, me parece que es justo decir que la literatura rusa tiene un lugar muy bien ganado entre las mejores expresiones literarias del mundo. Así lo muestran Tolstoi y Dostoievski en el siglo XIX, o Pasternak y Solzhenitsyn en el siglo XX, entre muchas otras figuras que se podrían mencionar.
En ese canon aparece Maksim Gorki. Escritor nacido en 1868 en Rusia, y que falleció en 1936 en la Unión Soviética, casi dos décadas después del triunfo de la Revolución Bolchevique. Él mismo había sido un detractor del régimen de los zares –de hecho sufrió la cárcel y el exilio en aquellos años– y mantuvo amistad con Lenin, el líder revolucionario, así como con diversos escritores, como Tolstoi y Chejov. A fines del siglo XIX comenzó a escribir y cuenta con numerosos libros en forma de novelas, obras de teatro, memorias y cuentos.
Los primeros años de Gorki fueron difíciles y dolorosos. Él mismo conservaría un tono triste y amargo en sus obras y en su vida. Su libro La infancia (de 1913-1914, que tiene una edición en Madrid, Editorial Automática, 2012), comienza precisamente con un recuerdo que afectó a su familia: “yace mi padre cuan largo es y vestido de blanco”. Su madre le dijo entonces: “Despídete de tu papá, nunca más volverás a verlo, ha muerto el pobre, antes de tiempo, antes de que llegase su hora…” (p. 15).

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