El tronar de cañones. El estallido de la guerra mundial

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioTV
visitas

El mundo cambió para siempre en agosto de 1914: ese mes comenzó la Primera Guerra Mundial. Efectivamente, entonces tuvieron lugar las batallas iniciales del conflicto, que se extendería por cuatro años: los germanos invadieron a la neutral Bélgica, Rusia se manifestó contra Alemania y numerosos ejércitos comenzaron a movilizarse hacia los campos de batalla. Nada volvería a ser igual. Lo que había tenido su inicio en los Balcanes el fatídico 28 de junio –con el asesinato del príncipe heredero del Imperio Austro Húngaro, Francisco Fernando–, se convirtió en menos de dos meses en un lamentable conflicto de dimensiones continentales. Europa se llenaría de sangre y dolor.

Todo el proceso que precedió al estallido bélico estuvo marcado por las amenazas y fortalecimiento de las respectivas alianzas en que se ubicaban las naciones europeas. La paz armada, el asesinato del Príncipe Heredero del Imperio Austro-Húngaro, los vertiginosos movimientos subsiguientes, el ultimátum, las respuestas, los traslados de tropas y todo el proceso que anunciaba el despliegue de las armas, estaban a punto de llegar a ser parte del pasado. Se acababa julio, el verano europeo estaba resultando distinto a lo planificado para muchas sociedades y familias, pero agosto traería nuevas sorpresas.

    visitas

El mundo cambió para siempre en agosto de 1914: ese mes comenzó la Primera Guerra Mundial. Efectivamente, entonces tuvieron lugar las batallas iniciales del conflicto, que se extendería por cuatro años: los germanos invadieron a la neutral Bélgica, Rusia se manifestó contra Alemania y numerosos ejércitos comenzaron a movilizarse hacia los campos de batalla. Nada volvería a ser igual. Lo que había tenido su inicio en los Balcanes el fatídico 28 de junio –con el asesinato del príncipe heredero del Imperio Austro Húngaro, Francisco Fernando–, se convirtió en menos de dos meses en un lamentable conflicto de dimensiones continentales. Europa se llenaría de sangre y dolor.

Todo el proceso que precedió al estallido bélico estuvo marcado por las amenazas y fortalecimiento de las respectivas alianzas en que se ubicaban las naciones europeas. La paz armada, el asesinato del Príncipe Heredero del Imperio Austro-Húngaro, los vertiginosos movimientos subsiguientes, el ultimátum, las respuestas, los traslados de tropas y todo el proceso que anunciaba el despliegue de las armas, estaban a punto de llegar a ser parte del pasado. Se acababa julio, el verano europeo estaba resultando distinto a lo planificado para muchas sociedades y familias, pero agosto traería nuevas sorpresas.