Evita Perón

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Recuerdo cuando yo tenía apenas 15 años y tuve una interesante conversación sobre la transición argentina, con un joven que gozaba de la nueva etapa que vivía su país en la década de 1980. Por supuesto, fue en La Serena, mi querida ciudad, que solía llenarse de visitantes trasandinos. Hablamos cosas del nuevo gobierno, algunos datos históricos sobre el General Perón, con un tono relativamente monótono, en que yo preguntaba y mi contraparte respondía. Todo cambió cuando le pregunté por Eva Duarte de Perón, Evita. Ahí cambió el entusiasmo, el tono tuvo ese sello indubitado de las cosas trascendentes: “Ah no, eso es distinto. ¡Evita era una diosa!”. Y continuamos hablando, ya no me acuerdo de qué, seguramente porque yo seguía impresionado con esa increíble afirmación.

Mucho de ese mito es lo que se desarrolla en la extraordinaria novela de Tomás Eloy Martínez, Santa Evita (Madrid, Alfaguara), que después ha sido llevada como una serie para Star+, con el mismo título: “Santa Evita”. Por las páginas de esta obra circula esa mezcla visible de pasión política con una devoción con tintes cuasi religiosos hacia quien se convirtió –así lo estimabansus seguidores– en la gran defensora de los pobres mientras vivía, y en una especie de santa no canonizada pero milagrosa después de muerta. Se trata de un hito literario sobre la mítica líder argentina.

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Recuerdo cuando yo tenía apenas 15 años y tuve una interesante conversación sobre la transición argentina, con un joven que gozaba de la nueva etapa que vivía su país en la década de 1980. Por supuesto, fue en La Serena, mi querida ciudad, que solía llenarse de visitantes trasandinos. Hablamos cosas del nuevo gobierno, algunos datos históricos sobre el General Perón, con un tono relativamente monótono, en que yo preguntaba y mi contraparte respondía. Todo cambió cuando le pregunté por Eva Duarte de Perón, Evita. Ahí cambió el entusiasmo, el tono tuvo ese sello indubitado de las cosas trascendentes: “Ah no, eso es distinto. ¡Evita era una diosa!”. Y continuamos hablando, ya no me acuerdo de qué, seguramente porque yo seguía impresionado con esa increíble afirmación.

Mucho de ese mito es lo que se desarrolla en la extraordinaria novela de Tomás Eloy Martínez, Santa Evita (Madrid, Alfaguara), que después ha sido llevada como una serie para Star+, con el mismo título: “Santa Evita”. Por las páginas de esta obra circula esa mezcla visible de pasión política con una devoción con tintes cuasi religiosos hacia quien se convirtió –así lo estimabansus seguidores– en la gran defensora de los pobres mientras vivía, y en una especie de santa no canonizada pero milagrosa después de muerta. Se trata de un hito literario sobre la mítica líder argentina.