Bolcheviques y mencheviques

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La historia del comunismo en el mundo –y específicamente en Rusia y la Unión Soviética– estuvo marcada por definiciones ideológicas contundentes y personalidades destacadas, hitos decisivos y momentos de contradicciones.

Como suele ocurrir, la evolución de los procesos fue compleja, nada fácil, y se vio influida por los liderazgos potentes de figuras como Lenin, Trotski o Stalin; las dificultades en las estructuras partidistas y los debates que existían, que transitaban entre la lealtad al marxismo y las acusaciones de abandonos y traiciones. Por cierto, muchas de esas discusiones quedaron opacadas ante el triunfo de la Revolución de Octubre, que fijó quien dirigiría el proceso, un canon ideológico y definió al Partido de la Revolución.

Las cosas no eran exactamente así a comienzos del siglo XX. Para entonces la izquierda se agrupaba en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, una corriente que se estaba levantando con alguna fuerza en distintos países, para disputar a las corrientes liberales y conservadoras parte del electorado pero, sobre todo, para intentar representar al mundo obrero y desarrollar ideas de cambio social, a través de reformas sustantivas e incluso de una revolución. Dichas fuerzas se habían agrupado en la II Internacional y tenían en el marxismo las bases fundamentales de su pensamiento político.

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La historia del comunismo en el mundo –y específicamente en Rusia y la Unión Soviética– estuvo marcada por definiciones ideológicas contundentes y personalidades destacadas, hitos decisivos y momentos de contradicciones.

Como suele ocurrir, la evolución de los procesos fue compleja, nada fácil, y se vio influida por los liderazgos potentes de figuras como Lenin, Trotski o Stalin; las dificultades en las estructuras partidistas y los debates que existían, que transitaban entre la lealtad al marxismo y las acusaciones de abandonos y traiciones. Por cierto, muchas de esas discusiones quedaron opacadas ante el triunfo de la Revolución de Octubre, que fijó quien dirigiría el proceso, un canon ideológico y definió al Partido de la Revolución.

Las cosas no eran exactamente así a comienzos del siglo XX. Para entonces la izquierda se agrupaba en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, una corriente que se estaba levantando con alguna fuerza en distintos países, para disputar a las corrientes liberales y conservadoras parte del electorado pero, sobre todo, para intentar representar al mundo obrero y desarrollar ideas de cambio social, a través de reformas sustantivas e incluso de una revolución. Dichas fuerzas se habían agrupado en la II Internacional y tenían en el marxismo las bases fundamentales de su pensamiento político.