Elizabeth Andrade Huaringa, Premio Nacional de Derechos Humanos 2022 y Vocera del Movimiento de Pobladoras y Pobladores Vivienda Digna de Antofagasta, y Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura 2019, conversan sobre el derecho a la vivienda y a la ciudad.
“Calidad constructiva, tamaño compatible con las necesidades, que no sea un “artículo” aislado del medio, de los servicios comerciales, educacionales y de salud, que tenga accesibilidad adecuada y locomoción colectiva”, son algunos requisitos que menciona Lawner.
“Cualquier política de vivienda adecuada requiere del más alto nivel de participación”, complementa el arquitecto. “El Estado debe reasumir su rol respecto a la vivienda y la ciudad.”
“¿Cuál es el respeto que se le da a la voz de los pobladores?”, plantea Eli Andrade, “la vivienda no es un sueño, es un derecho.” “El Estado no considera importante escuchar a los pobladores”, agrega.
Hay un “antagonismo entre los intereses de los pobladores y un Estado sordo”, dice Miguel Lawner. “Yo establecería una oficina del Serviu in situ en cada lugar” donde vaya a haber un proyecto de vivienda social.
“Somos 48 dirigentes, de los cuales 44 somos mujeres”, afirma Eli Andrade. “Mujeres que se organizan, que luchan, que amamantan, que crían”, dice. “Logramos dar 284.000 raciones de comida durante la pandemia” (en Antofagasta).
Durante este año, Vivienda Digna junto al Colegio de Arquitectos lanzará un concurso de ideas de módulos de viviendas prefabricados, livianos, que se puedan adaptar a distintos terrenos. Y otro para el subcentro con distintos servicios, espacios públicos centro de la mujer, etc., en el Macrocampamento Los Arenales de Antofagasta.