Un equipo internacional ha ‘buceado’ en las profundidades de la nebulosa de Orión como nunca antes se había hecho. Gracias al instrumento infrarrojo HAWK-I, instalado en el VLT (Very Large Telescope) del European Southern Observatory (ESO), han producido la imagen más profunda y completa de la nebulosa.
La espectacular imagen revela diez veces más enanas marrones y objetos aislados de masa planetaria de los que se conocían hasta ahora. La presencia de estos cuerpos de baja masa proporciona una nueva e interesante información sobre la historia de la formación estelar dentro de la propia nebulosa.
La famosa nebulosa de Orión, de unos 24 años luz de tamaño, se encuentra en la constelación de Orión y es visible desde la Tierra a simple vista.
Algunas nebulosas, como Orión, están fuertemente iluminadas por la radiación ultravioleta de las numerosas estrellas calientes de su interior, de manera que el gas se ioniza y brilla intensamente.
La importancia del hallazgo radica en su relativa proximidad a la Tierra, lo que hace que sea utilizada como un laboratorio de pruebas para conocer el proceso y la historia de la formación estelar y para determinar cuántas estrellas de masas diferentes se forman.