Las diferencias culturales entre ambos continentes hacen que algunos de los servicios que nosotros asociamos como gratis, allí sean pagados.
Quienes han tenido la suerte de viajar fuera de Chile, saben que tras cruzar la cordillera la cultura cambia y si vamos más lejos, quienes salen del continente saben que esto puede suceder radicalmente. Así, lo que para nosotros es algo típico en otro lugar puede resultar extraño.
Por eso si planeas una próxima aventura o simplemente tienes curiosidad por saber lo que ocurre en otros lados del globo terráqueo, aquí te contamos algunas cosas que son cobradas en varios países del viejo continente y que para nosotros son absolutamente gratis.
1. ¡Quiero mi kétchup, ahora!
¿Quién no pide aderezos al comprar una hamburguesa? Pues si estás en Copenhague en Dinamarca y eres fanático de una de las cadenas de comida rápida más grande del mundo como McDonald’s, piénsalo dos veces antes de pedir kétchup, pues este gustito te costará 25 centavos por paquete.
2. Uso de baños
Si bien los baños gratuitos son cada vez menos comunes en Chile, aún existen lugares donde esto se mantiene vigente como los servicentros, algunos aeropuertos o ciertos locales y centros comerciales.
Sin embargo, en Italia, Venecia, Bélgica y otros países del viejo continente podrías tener que desembolsar entre 0,50 y 1 euro cada vez que tengas ganas de orinar.
Esto es importante tenerlo en consideración si estás pensando en viajar, ya que varios turistas se sorprenden, pues no tienen considerado el gasto. Sin embargo, los usuarios destacan que las instalaciones suelen ser limpias.
3. Un vaso de agua, por favor
Algo típico chileno: el que diga que nunca ha pedido un vaso de agua para no gastar en bebestibles dentro de una cafetería o restaurante que tire la primera piedra. Sin embargo, en Europa ésta es una “pillería” que no podríamos realizar, ya que generalmente son cobrados.
De hecho, en Ámsterdam la cadena de comida rápida McDonald’s te vende el vaso de agua, incluso si has comprado en la cadena tienes que pagar cerca de un euro para recibirlo.
4. Entrega de bolsas en tiendas de comida
Aunque en Chile cada vez comienza a hacerse más habitual la consciencia del no uso de bolsas con el fin de cuidar el medio ambiente, todavía te entregan de cartón o cajas para llevar los productos.
Sin embargo, en países como España la medida es más radical. Si no llevas tu bolsa pagarás cerca de 30 céntimos de euro para te den una de plástico. El cobro es una forma de reducir el uso de éste.
5. Usar los carritos de compra
En Chile, ir al supermercado es sencillo: tomas el carro, escoges tus productos, pagas y lo devuelves. Así que quizás te suene extraño que en Europa debas pagar una especie de seguro por utilizar el carro y que sólo será devuelto en el minuto en que tú lo dejes donde lo sacaste.
Además, en España este servicio también es cobrado en el aeropuerto donde debes desembolsar un euro para ocuparlo.
6. Pan en un restaurante
El que pongan pan en la mesa previo a la comida ordenada en un restaurante es una tradición que es devorada rápidamente por todos los que están sentados, sin que tenga ningún costo adicional en Chile.
Sin embargo, en España y Portugal si lo comes, lo tienes que pagar. Así que ya sabes, si estás en uno de esos países y te ponen eso en la mesa aguanta y piensa que tu comida ya está por llegar. ¿Cuánto te cobrarán? es relativo según el local.
7. Pedir comida para llevar
Lo que en nuestro país habitualmente es más barato por la propina y costos, en países como Portugal (específicamente en sus panaderías) puede aumentar el valor de tu cuenta, ya que te cobran por el empaque.
No obstante, este punto es relativo, ya que también hay otros sitios que te cobran más caro por la vista.
La experiencia de algunos chilenos en Europa
Tomás Madrid es un chileno que ha tenido la suerte de viajar a varios países del viejo continente. Por eso, cuenta que le ha sucedido más de alguna experiencia de las descritas en esta nota que lo han tomado por sorpresa.
“Cuando me cobraron el kétchup en Mcdonald´s la primera reacción fue como ¿en serio?, pero se entiende al final porque se preocupan de tener un buen servicio que es limpio y ordenado”, aseguró. Además señala que en su recorrido por Europa pasó más de alguna vergüenza por la diferencia cultural existente.
Una de ellas fue con el uso de las bolsas. “En un supermercado de Madrid pasé las cosas y esperé a que me las empacaran y guardaran en las bolsas hasta que la cajera me dijo que éstas se pagaban y que había que ordenar solo. Todos me quedaron mirando en la fila. Para ellos es común”, explicó el joven.
Daniela Contreras es otra compatriota que tras casarse con un finlandés reside hace un tiempo en dicho país. Para ella también la diferencia cultural entre ambas naciones ha sido grande, pues “aquí se promueve la independencia desde que los niños son pequeños y se les puede mandar en autobuses o no se les piden los asientos, porque son un usuario más”, narró.
A lo anterior agregó que hay ciertas “cosas” que tienen un cobro mayor a las de Chile como los estacionamientos y el carnet de identidad. Mientras que otras son absolutamente distintas como, por ejemplo, el hecho de que si te ausentas a una hora médica agendada (pública o privada) debes pagar hasta 100 euros.
Además varios compatriotas en el extranjero señalaron que también les han cobrado por el uso de cubiertos en los restaurantes y que el valor de un menú puede variar si se ocupa una mesa en la terraza o al interior del local. Es importante aclarar que los cobros cambian de acuerdo a los lugares y que los residentes hacen hincapié en que el sueldo que reciben “anda bien” con los gastos.