Prestar atención a las señales que emite el organismo respecto a la salud es clave para prevenir enfermedades de cuidado. En muchas ocasiones, los síntomas más extraños pueden salvar a las personas, incluso de la muerte.
No lo pensó así un joven canadiense de 27 años, quien debió acudir al dentista tras llevar una mala higiene bucal durante años, lo cual originó severos problemas en sus piezas dentales, y en otras zonas de su cuerpo.
Tras finalizar el tratamiento bucal, el hombre continuó con su vida de forma normal, sin embargo, tras unas semanas un pequeño grano (similar a una espinilla) apareció en su mano, pero él no le prestó atención y simplemente se puso un parche color rojo.
Tras un par de semanas, el bulto se volvió más grande y tomó un color morado oscuro, lo que le causó preocupación y decidió ir al especialista. La situación vino acompañada por otros síntomas, como fiebre, sudoración excesiva y pérdida de apetito.
Los doctores Bashaar Alibrahim y George Wharmby revelaron a la revista científica New England Journal of Medicine que el joven había bajado 12 kilos durante las últimas tres semanas.
Tras los primeros exámenes médicos, notaron que existían pequeñas zonas de tejido muerto en su brazo y riñón derecho.
Luego se reportó que existía una masa infecciosa en la Arteria Aorta, la cual regula el recorrido de la sangre desde el corazón hasta la arteria principal del cuerpo humano.
Tras eso, sus exámenes de sangre dieron resultado positivo de la presencia de la bacteria Streptococcus Salivarius, que se desarrolla principalmente en la boca.
La enfermedad
A esta grave enfermedad se le conoce como Endocarditis Bacterial, y ataca una de cada 30 mil personas al año en países como Estados Unidos o el Reino Unido.
Tras el desarrollo de este mal se dañan las venas, suministrando erróneamente sangre a las manos y generando bultos de gran tamaño, como el del canadiense.
Según la publicación, los doctores aseveraron que la infección estuvo “posiblemente relacionada con la pobre higiene bucal y el reciente procedimiento dental efectuado”.
Finalmente, el afectado recibió una alta dosis de antibióticos, los cuales frenaron la infección en su arteria, y tuvo que someterse a una cirugía para reparar el aneurisma (inflamación) y reemplazar su válvula aórtica.