Este fin de semana los chilenos celebramos el comienzo del período de Independencia que, en 1818, puso fin a la conexión colonial que existía entre el territorio nacional y España.
Formas de celebrar hay varias: los volantines, las banderas y los remolinos son algunos de los íconos de esta festividad.
Aunque no todo queda ahí, pues en general los chilenos concurren en masa a las distintas fondas que se organizan en los lugares públicos del país… pero es importante que sepan que no siempre fue así.
Las fondas son una forma que tenemos de sociabilizar y celebrar. Ahí convive la alegría, los bailes, la música y, por qué no decirlo, muchas veces el alcohol.
Tienen diversas definiciones, pero la gran mayoría coincide en que son espacios para compartir. De acuerdo al sitio web de la Biblioteca Nacional de Chile, nacieron en el siglo XVI, justo cuando Chile comenzaba el período colonial.
En un comienzo estaban arraigadas a la cultura popular rural, aunque poco a poco se fueron trasladando a los grandes centros urbanos que existían en la época. También fueron conocidos como “chingana” y “ramada”, de esta forma se diferenciaban de los centros de eventos normales porque, claro, ahí se hacía algo más que una mera actividad.
La historia dice que estos centros eran admnistrados, generalmente, por las mujeres de clase baja, por lo que estaban completamente apartados de las élites.
La música y el canto en vivo, más los bailes, eran parte cotidiana de las celebraciones en medio del ’18’, siempre con un sentido familiar y entretenido.
Después: la República
Durante el siglo XIX y tras varios intentos de Constituciones, se instauró la República, aunque la sociedad aún seguía muy segmentada por las clases sociales.
Con todo, en el sitio de la Biblioteca Nacional explican que “se produjo un proceso espontáneo de apropiación de esta fiesta por parte de la clase dirigente, pues percibió la fuerza social que había tras esta costumbre popular y lo conveniente que resultaba para inculcar sentimientos de adhesión a la nación chilena”.
Por lo mismo, aseguran que el hecho de que este tipo de celebración continúe hasta estos días se debe a que las autoridades de la época la convirtieron en una de las expresiones más tradicionales de la fecha.
Ya desde el siglo XX, gran parte de los eventos oficiales destinados a celebrar la conformación de la Primera Junta Nacional de Gobierno contemplaban la organización de fondas. Así, hasta hoy, que incluso es el mismo Poder Ejecutivo el que inaugura la Fonda Oficial del Parque O’Higgins en Santiago, evento en que las autoridades zapatean con el sonido de la emblemática cueca.
De esta forma, poco a poco fueron quedando atrás otras tradiciones que estaban arraigadas, como el volantín y las carreras a caballo… aunque por estos días no es extraño ver a algún niño encumbrando un volantín a varios metros de altura. Eso sí, si es que en algún momento olvida su celular.