Viajar en avión resulta bastante incómodo cuando sabes que fuera de él, y a cientos de pies de altura, hay un bello paisaje que apreciar y no puedes.
Al menos así es para los amantes de transportarse justo al lado de la ventana para sentirse, literalmente, en las nubes. Pero, a no ser que tengas un cuello bastante largo, son pocos los que tienen acceso a mirar por la ventana en un avión.
¿Por qué? Pues estos vidrios reforzados están, generalmente, bastante alejados de los asientos. Y no es casualidad.
El youtuber Simon Whistler abordó este tema en uno de sus vídeos. Ahí explicó que los aviones están diseñados para que sus asientos estén justo a la par con las ventanas, pero son las aerolíneas quienes los reacomodan.
Según Whistler, la razón es la “avaricia” de las empresas, quienes solo esperan subir a más pasajeros al transporte aéreo.
Los especialistas recomiendan que los asientos de clase turista deben ser de 45 centímetros de ancho, pero en aerolíneas como Iberia, la medida disminuye a 43 centímetros.
En tanto, son 86 centímetros los que debieran haber entre los respaldos de un asiento y otro, pero por lo general la distancia es de unos 70 centímetros.
La situación produce una fuerte molestia por parte de algunos pasajeros, sobre todo aquellos que no tienen espacio para sus piernas y deben viajar por horas incómodos.
Eso sí, según el youtuber, los asientos desalineados tienen una ventaja: hay más espacio para apoyar la cabeza -por la forma de la ventana-. En este sentido, recomienda sentarse al lado izquierdo del avión ya que los vidrios están menos centrados y “son los asientos ideales para echar una cabezada”.