A su “corta” edad, es reconocido como un brillante matemático a nivel internacional. Héctor Pastén Vásquez es un joven chileno que nació cerca de Osorno y hoy se desempeña como profesor de doctorados en la prestigiosa Universidad de Harvard.
Vivió su infancia en La Unión (Región de Los Ríos) y desde siempre destacó por sus buenas notas. Cuando Héctor cursaba la enseñanza básica en el colegio católico Santa Marta, su interés y preocupación por aprender más lo ayudaron a obtener una beca y estudiar en el Colegio Alemán, en donde conoció a los profesores que lo guiarían hacia su pasión: las matemáticas.
Después de ese pequeño logro, una cadena de objetivos cumplidos con éxito comenzaron a protagonizar la vida del estudioso joven: obtuvo puntaje nacional en matemáticas (850 puntos), ingresó a la Universidad de Concepción, se licenció en Matemáticas, realizó un doctorado en la Universidad de Queen’s (Canadá), obtuvo otro doctorado en esa universidad (Teoría de Números) y luego, cuando comenzaba a rellenar su currículo, lo llamaron para trabajar en Harvard.
“Estaba terminando mi doctorado y comencé a preparar mi CV con cartas de recomendación de mis profesores, con los que había estudiado y los trabajos de investigación realizados”, cuenta al diario osornino El Austral y detalla: “En poco tiempo recibí algunas ofertas y la primera fue de Harvard, luego del Instituto Tecnológico de Massachusetts y después de la Universidad de Oxford”.
Como si fuera poco, cuando ya estaba establecido enseñando el doctorado de “Seminario de Teoría de los números” en la prestigiosa universidad, llamaron a Héctor desde el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (donde investigaba Albert Eisntein) para realizar algunas investigaciones. Harvard le otorgó “un año sabático” y viajó a Princeton.
Héctor es el más joven de su trabajo y es el único chileno que ha llegado a ese puesto. Sin embargo, asegura que en su trabajo “no importa la edad” ni la nacionalidad. “Lo importante son los conocimientos. Yo hago 3 horas de clases a alumnos de doctorado y el resto del tiempo es solo investigación”, cuenta.
El joven que habla en inglés, pero también sabe alemán y francés, no descarta regresar a Chile y volver con su familia osornina. Además está emparejado hace una década con Natalia García, que obtuvo doble puntaje nacional en Matemáticas y Química (y con quien realizó una de sus 20 publicaciones científicas) y no descartan la idea de vivir en Chile.
“Mis conocimientos le servirán a mucha gente. Trabajo solo, tengo harta libertad y no veo problemas de volver a Chile”, proyecta.