Continúa la investigación por la muerte de Lissette Villa, niña de 11 años que vivía en el Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Galvarino y cuyo fallecimiento abrió un debate que aún no termina sobre lo que ocurre en el Servicio Nacional de Menores (Sename).
En el marco de dicha indagación, la Policía de Investigaciones interrogó a un curso de 24 estudiantes de enseñanza media del Colegio Everest que visitó el hogar el 11 de abril de 2016, día en que murió Lissette tras la contención aplicada por funcionarios del lugar.
El diario La Tercera reveló parte de los testimonios entregados por las adolescentes, que fueron testigos de cómo los cuidadores intentaban controlar a la niña, quien lloraba y gritaba de forma descontrolada. Incluso, una de ellas confirmó que una educadora “se puso encima de ella como sentada o arrodillada en el suelo, sujetándole las manos y la retaba para que se portara bien”.
“Al llegar al hogar Galvarino, nos organizamos y fui junto a dos compañeras hasta la sala de las niñas más grandes. En esta sala nos pusimos a pintar (…). Cuando nos retirábamos, salí de la sala y vi a Lissette en el suelo. En el pasillo, fuera de la sala, ella estaba muy inquieta llorando, gritando boca arriba, pegando patadas al suelo. La estaban intentando sujetar dos adultos, una era una mujer que le sujetaba los brazos, estando como agachada por el lado de Lissette, y había otro adulto que no sé si era hombre o mujer, que le sujetaba las piernas. Lo vimos y nos fuimos rápido, porque nos teníamos que ir, por lo que vi esto máximo dos minutos”, es el relato de una de las testigos.
“Lo que sé es que, al parecer, Lissette estaba castigada, por lo que salió de la sala y en eso escuché gritos (…) No recuerdo si en la sala o en el pasillo, unas tías la tenían en el suelo, ella estaba boca arriba, había dos educadoras sujetándole los brazos y las piernas, una a cada lado, como evitando que pegara patadas (…) Luego la tomaron de los brazos y la llevaron al dormitorio, caminando”, contó otra.
Otra joven comentó lo siguiente: “vimos a Lissette enojada y alterada. Estaba parada, pero como que se tiraba al suelo. Nos llamó la atención esto, por lo que nos quedamos mirando. La educadora que estaba a cargo de la sala de estas niñas tomaba de las manos a Lissette mientras ella les pegaba patadas a los lockers y a todo a su alrededor. También había un hombre que intentaba tomarla de los pies para calmarla. La niña gritaba como haciendo pataletas”.
“Estoy segura de que el mismo día que ocurrió esto fue el mismo día que falleció, porque recuerdo que al día siguiente vino la miss Fran hasta nuestra sala del colegio y nos dijo que había fallecido”, agregó.