El doctor en ciencias del clima del Departamento de Geofísica de la UdeC, Martín Jacques Coper, acaba de recibir la aprobación de recursos para -entre otras cosas- develar uno de los misterios más populares en la capital del Bío Bío: ¿qué provoca el fenómeno conocido como TropiConce?.
Lo anterior se debe a que la ciudad penquista debe ser una de las que tiene mayor diversidad climática dentro de Chile. En un minuto llueve y al siguiente sale el sol (o incluso sale el sol mientras llueve).
Esto ha llevado a la comunidad y a profesionales de diferentes disciplinas a cuestionarse si la situación es algo “normal” y eso es precisamente lo que el doctor de la Universidad de Concepción pretende responder con su investigación.
En términos generales, el profesional estudiará las características de estos eventos extremos de esta parte del país y explorará posibles precursores. Específicamente, analizará cómo la convección o ascenso de grandes masas de aire en la zona tropical del Océano Pacífico puede gatillar cambios en la circulación atmosférica, que a su vez favorezcan la ocurrencia de olas de calor en Chile.
En palabras simples, podría haber una conexión -científicamente comprobada- entre el trópico y Concepción.
Aunque existen factores desencadenantes de olas de calor, este condicionante podría ser fundamental para fomentar ciertos eventos de altas temperaturas en Chile central, es decir, desde Coquimbo hasta Chiloé, aproximadamente. De hecho, el investigador ya comprobó este efecto en otro estudio para una zona aún más lejana del trópico: la Patagonia.
“El ascenso profundo de masas de aire húmedo en los trópicos, favorecidas por un fenómeno llamado Oscilación Madden-Julian, puede influir en reforzar los sistemas de anticiclones migratorios de latitudes medias, que inciden parcialmente en Chile central, y que usualmente favorecen condiciones de tiempo despejado y con mayores temperaturas”, explicó Jacques, a través de un comunicado.
Para realizar el estudio que buscará esta posible relación entre el trópico y TropiConce, el experto en clima y un grupo de asistentes de la universidad analizarán observaciones meteorológicas in situ, cuyos registros más largos –salvo excepciones- comienzan en la década de 1950; y reconstrucciones climáticas hasta fines del siglo XIX.