Diversas reacciones generó la noticia de que el gobierno argentino le restó prioridad a la construcción del túnel de baja altura que uniría Mendoza y Los Andes.
Información que cayó como un balde de agua fría y donde se prefirió priorizar el proyecto de Aguas Negras.
Las primeras sospechas de que el ejecutivo trasandino estaba analizando negativamente el proyecto se generaron cuando el embajador argentino declaró tras ser consultado por los medios de esa nación, que la iniciativa estaba momentáneamente suspendida.
Por estos días se realiza la asamblea del Comité de Integracion Regional, en San Luis, Argentina, instancia que analiza los procedimientos y coordinaciones entre ambos países para el cruce de la frontera.
Desde allí, el alcalde de Los Andes, Manuel Rivera, a pesar de la noticia se mostró confiado en que los gobiernos locales en ambos países podrán solicitar a los niveles centrales que el proyecto se retome.
Pero esta opción fue descartada por el intendente Gabriel Aldoney, quien indicó que es un tema que está tratando la Cancillería y el Ministerio de Obras Públicas.
Sin embargo, el jefe regional dijo que más allá de obras de infraestructura lo que se requiere con urgencia es ponerse de acuerdo definitivamente en cómo coordinar los procedimientos en la frontera.
Para la senadora por la zona cordillera de la región de Valparaíso, Lily Pérez, la confirmación de que el proyecto no será respaldado, es una pésima noticia para el país y para el valle de Aconcagua.
“Veamos si es solamente el gobierno de Argentina o es nuestro Gobierno, el Gobierno de Chile el que no está poniendo también su parte económicamente en esta decisión”, indicó la parlamentaria.
Por su parte, el presidente del Consejo Regional, Rolando Stevenson, quien además es consejero por esa zona, dijo que aqui hay responsabilidad política ya que Chile nunca mostró tanto interés como si lo tuvo Argentina en su momento.
Ya en mayo de 2016 el proyecto de conectividad binacional correspondiente al Ferrocarril Trasandino Central y Túnel a Baja Altura -pensado para unir Los Andes con Mendoza- había sido relegado a la tercera prioridad después de los pasos Agua Negra y Las Leñas, debido a que su construcción era más compleja, y el tramo más extenso y caro que los pasos de Coquimbo y O’Higgins.
En este sentido, el economista y experto en transporte ferroviario, Ian Thomson, hace un tiempo alertó que el costo del túnel era tan enorme que ninguna entidad privada lo iba a financiar.