“O morimos, o matamos”. Así definió Arzoindo Bascur, residente de Collipulli, la dramática situación que viven tras sufrir constantes ataques armados en su casa y que ahora temen que se radicalicen tras el retiro de la unidad policial de Pidima.

Bascur, quien vive junto a su hija Jéssica en el sector rural de Bajo Malleco, afirmó que en reiteradas ocasiones han sido atacados a balazos por desconocidos, lo que es controlado por la intervención armada de Carabineros, que ahora, se podría ver mermada.

“En este momento estamos con un factor de vida o muerte. O morimos o matamos. ¿La justicia dónde está? A mi me gustaría saber cuál es la justicia, dónde está la justicia y a qué cosa se le puede llamar la justicia”, dijo el parcelero.

Bascur agregó que desconfía de las gestiones que realizan los congresistas quienes ya lo han visitado en reiteradas ocasiones.

Por su parte, Jéssica Bascur afirmó que el último ataque que sufieron ocurrió a plena luz del día y se extendió entre las cuatro y las seis de la tarde, recibiendo apoyo de Carabineros que incluso debió disponer del apoyo de un helicóptero para repeler el ataque.

Asimismo, afirmó que no se encuentran conformes con las soluciones que les ha entregado el Gobierno, advirtiendo que sus vidas corren peligro, y que deberán armarse para enfrentar hechos que, a su juicio, no son aislados, como los define el Gobierno.

Ante este escenario, los integrantes de la familia Bascur viajaron a Temuco donde entregaron su testimonio a una consultora de la Fiscalía Nacional del Ministerio Público, para conocer su posición respecto a la atención que están recibiendo, derivada de las denuncias que han estampado frente al problema que los afecta.