El vertimiento de aguas no tratadas al río, junto al volcamiento de camiones e incluso una alarma nuclear, fueron las situaciones descartadas por la Corte Suprema, validando en un fallo dividido la resolución de la Corte de Apelaciones, ante las denuncias de comunidades de la zona contra el proyecto minero Pascua Lama.
Esto luego de un colapso de parte de las instalaciones ante avalanchas entre mayo y junio del año 2016 consideradas “eventos meteorológicos extremos” que, sin embargo, no habrían variado los niveles del agua, según el fallo del máximo tribunal del país.
Desde Barrick, aseguraron que no hubo evidencias de las acusaciones y que se generó una alarma pública sin fundamentos, ya que contaron con mediciones avaladas por instituciones estatales.
Ana Timm, doctora en Derechos Humanos y abogada de la Asamblea Huasco Alto, aseguró que quien tiene que dirimir esta situación es el Tribunal Ambiental -donde presentaron alegatos hace un año- y que si esto no ocurre no descartan acudir a instancias internacionales si el fallo es adverso.
Actualmente el proyecto Pascua Lama en la región de Atacama, se encuentra paralizado temporalmente, sólo operando las plantas de tratamientos de agua.
Un proyecto que la empresa busca repotenciar, considerando errores cometidos en el pasado, e incluso indicando que están analizando una mina subterránea para disminuir externalidades negativas al medio.