El próximo 23 de marzo se cumplen 7 años desde que Evo Morales anunció que llevaría a nuestro país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, por la demanda marítima boliviana.
Apoyado en la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, el mandatario oficializó el principal argumento boliviano: existen asuntos pendientes entre ambas naciones y Chile debe disponerse a negociar una salida al mar con soberanía, la cual perdió en la Guerra del Pacífico a fines del siglo XIX.
La memoria boliviana fue entregada en abril de 2015 y no podrá ser revisada por el público hasta que los 15 jueces de la corte la lean. Sin embargo, para conocimiento general, el vecino país creó el denominado “Libro del Mar”, donde resume su visión del tema marítimo.
En dicho texto, precisamente, señala que “Chile se ha comprometido a negociar una salida soberana al mar para Bolivia a través de acuerdos, práctica diplomática y una serie de declaraciones atribuibles a sus representantes del más alto nivel”.
“Estos numerosos instrumentos evidencian de manera contundente que Chile se comprometió a encontrar una solución al enclaustramiento marítimo de Bolivia mediante negociaciones con miras a llegar a un acuerdo”, agrega.
En base a lo anterior, el Estado boliviano solicita a la Corte Internacional de Justicia que “juzgue” y “declare” que:
– Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia con el fin de alcanzar un acuerdo que otorgue a Bolivia una salida plenamente soberana al Océano Pacífico.
– Chile ha incumplido dicha obligación.
– Chile debe cumplir dicha obligación de buena fe, pronta y formalmente, en un plazo razonable y de manera efectiva, a fin de otorgar a Bolivia una salida plenamente soberana al Océano Pacífico.
En otras palabras, Bolivia pide negociar, no pide declarar su eventual derecho a un acceso soberano al mar, ni que el máximo tribunal internacional de justicia se pronuncie sobre el estatus jurídico del Tratado de Paz de 1904.
El argumento boliviano se basa además en que nuestro país ha mostrado disposición a dialogar, tal como sucedió en Charaña durante las dictaduras de Augusto Pinochet y de Hugo Banzer, que fue la ocasión en la que ambas naciones estuvieron más cerca de lograr un entendimiento.
En 2009, durante la primera administración de la presidenta Michelle Bachelet (2006-2010), La Paz y Santiago realizaron negociaciones sobre el tema incluido en una agenda bilateral de 13 puntos, pero éstas fracasaron.
Recordemos que Bolivia ya obtuvo una victoria preliminar en septiembre de 2015, cuando la Corte se declaró competente para examinar su demanda, tras la objeción preliminar presentada por Chile, cuya defensa se sostiene en que las fronteras entre ambos quedaron fijadas en el Tratado de 1904.
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Actualmente, Bolivia puede utilizar los puertos marítimos chilenos, tal como prevé el Tratado de 1904, donde “Chile reconoce en favor de Bolivia, y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico”.
El fallo podría conocerse a finales de este año o inicios del próximo.