La decisión del Congreso de aprobar feriados locales en las regiones Metropolitana, de Tarapacá y La Araucanía durante la visita del Papa, generó incomodidad en los sectores no creyentes. Especialmente en la Sociedad Atea de Chile, que rechazó esta iniciativa y el gasto público que implicará la gira de la autoridad religiosa por el país, cercano a los $7 mil millones.
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El grupo argumentó que la iniciativa del Gobierno supone un “atropello al Estado Laico”, en que “la promoción y difusión de una religión en particular atenta contra la libertad de culto y la neutralidad”.
En esta línea agregaron también que la promoción de actividades religiosas, de cual quier credo, no debe realizarse con recursos fiscales.
“No nos oponemos a la visita de ningún líder religioso, ya que estamos a favor de la libertad de culto, lo que no nos parece son los privilegios políticos y económicos que se le entregan a los católicos, por sobre otros credos”, dijo la asociación a través de un comunicado público.
Factor económico
Otra de las situaciones que acusa la Sociedad Atea de Chile es el uso de cerca de $7 mil millones del erario nacional para financiar las actividades de Jorge Mario Bergoglio durante sus tres días de visita en el país.
Asimismo, la agrupación dijo que con los tres nuevos feriados religiosos, que se suman a los 9 ya existentes, los economistas han vaticinado que existirán pérdidas económicas por cerca de US$100 millones.
“Tampoco nos parece que sea un gasto adecuado, dado el excesivo costo de esta visita de tres días a Chile, considerando el contexto de un país con necesidades económicas muchos más urgente que la evangelización católica de la sociedad, que debería ser una inversión de esa iglesia en particular y no del Estado”.