Con medidas cautelares de arraigo nacional y firma semanal quedó Pablo Salas, un sargento de Carabineros de la Tercera Comisaría de Pichilemu. Su detención se produjo después de que se descubriera que robó cerca de 1 millón de pesos en dinero y más de un 1 millón 800 mil pesos en joyas desde un domicilio que custodió en dicho balneario.
El oficial se encuentra formalizado por malversación de caudales públicos luego de que, a través de escuchas telefónicas, se lo registrara reconociendo los hechos.
El delito se habría cometido en los días posteriores al 17 de abril del presente año, cuando la dueña de casa, una conocida empresaria de la comuna, falleció por causas que se investigan. Tras el deceso, el funcionario policial quedó a cargo de la vigilancia del inmueble.
Sólo hace unos días se pudo conocer del robo, cuando otro carabinero -que está siendo investigado por trafico de drogas- recibió la llamada del sargento, en la cual contó del robo.
Con estos antecedentes, fue el jefe de la Unidad Policial Mayor, Ítalo Rocco, quien ordenó la detención del funcionario y su traslado al tribunal para su formalización.
El fiscal de Pichilemu, Rodrigo Troncoso, recalcó que fue por la llamada telefónica que se pudo establecer la participación del sargento primero Pablo Salas en los hechos.
El carabinero fue desvinculado de la institución y mantiene otras dos causas en la fiscalía, entre ellas, una por amenazar con su pistola a una persona.