Diputados de la Nueva Mayoría presionan al Gobierno y piden conocer las indicaciones del proyecto de Educación Superior, antes de votar en general, ante el riesgo que la sala de la Cámara rechace la idea de legislar. Desde el G9, en tanto, aseguran que de mantenerse el financiamiento en la reforma, esas instituciones están “condenadas a una irreversible decadencia”.
El acuerdo alcanzado entre el Ejecutivo y la oposición para aprobar la gratuidad y evitar el Tribunal Constitucional, le sigue pasando la cuenta al Gobierno, desde su propia coalición.
Tal es la desconfianza hacia el ministerio de Educación, que algunos diputados de la Nueva Mayoría que conforman la Comisión de Educación, indicaron que no votarán la idea de legislar del proyecto de Educación Superior, hasta no conocer las indicaciones que el Ejecutivo se ha comprometido a introducir a la iniciativa para avanzar en su tramitación.
El presidente de la Comisión de Educación, el diputado radical Alberto Robles, aseguró que a diferencia del Senado, en la Cámara de Diputados se pueden ingresar las indicaciones antes de que este sea votado en general y argumentó que existe un número importante de parlamentarios oficialistas que optaría por rechazar el proyecto, si primero no conocen las indicaciones.
Misma postura expresó la diputada Comunista, Camila Vallejo. Sin embargo, su par de la Democracia Cristiana, Mario Venegas, calificó de arriesgada la estrategia y se mostró partidario de votar en general y luego iniciar la discusión en particular del proyecto.
Sobre la situación, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, solo se limitó a decir que será en el Congreso donde se conocerán y discutirán las indicaciones, evitando profundizar en el emplazamiento.
Durante la Comisión además expuso el presidente del G9 y rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elortegui, quien insistió en sus críticas a la forma como el Gobierno trata a estos planteles en el proyecto de ley, asegurando que de mantenerse el financiamiento, estarán condenadas a “una irreversible decadencia“.
Cuestionamientos que la ministra Delpiano intentó minimizar, asegurando que se produjo una “conversación muy fructífera”.
“Todas las universidades necesitan más recursos y eso será en la medida en que el país tenga esos recursos y ese crecimiento. Lo más importante es tener los instrumentos”, sostuvo.
Cabe indicar que el Gobierno tiene toda la facultad para agilizar el proceso de votación del proyecto de Educación Superior, con el solo hecho de modificar su urgencia, pero corriendo el riesgo de que se rechace la idea de legislar. Costo que, sin embargo, pocos están dispuestos a asumir.